Durante los últimos años Gendarmería de Chile viene haciendo importantes esfuerzos, enmarcados en su planificación estratégica, por mejorar los sistemas de seguridad de los recintos penitenciarios del país mediante la incorporación de tecnología que tecnifique y apoye las tareas de vigilancia que realiza nuestro personal.
Atento y vigilante no es solamente un lema, es ley para los gendarmes y en esta breve expresión están los cimientos del trabajo en materia de control y custodia realizamos a diario. Desde los albores de nuestra historia la vigilancia ha estado a cargo de personas, por lo que la tecnología sin duda alguna viene a ser un apoyo fundamental que ayuda a mejorar nuestros procesos.
No solamente se trata de mejorar los estándares de seguridad de nuestros recintos penitenciarios, sino también de dar cumplimiento a nuestro compromiso con los derechos humanos, evitando procedimientos invasivos en algunos casos, y dando transparencia a la función penitenciaria.
Desde ese punto de vista los esfuerzos operativos se han centrado en modernizar sistemas de seguridad de los recintos penales del país a través de la tecno-vigilancia, un aliado estratégico que ha permitido facilitar y reforzar el trabajo de nuestro personal.
Sin ir más lejos, hace unos años se inauguró un moderno Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Coyhaique, herramienta que contribuyó de manera importante al resguardo de la población penal y nuestros funcionarios. Hablamos de una inversión de 86 millones de pesos que consta de cámaras de alta definición y una sala de tecno-vigilancia, entre otras características.
Si bien el CCP fue prioridad porque no contaba con CCTV como otras unidades construidas durante la década de los 90, hablamos de Puerto Aysén y Chile Chico, la tarea no se quedó ahí, se hacía necesario modernizar el sistema existente en Puerto Aysén, pues tenía una data de 25 años, con tecnología análoga y prestaciones mucho más básicas que las que requieren estos tiempos.
Fue así que a finales del año pasado se realizó la reposición de cámaras, en la actualidad el recinto penal cuenta con dispositivos modernos, una sala de monitoreo de última generación, entre otros, de esa forma además de incorporar tecnología de alta definición, se expandió el número de cámaras existentes.
Los recursos que distribuye Gendarmería para mejorar la seguridad siempre van orientados de acuerdo a las necesidades detectadas, un ejemplo de aquello es la construcción de redes contra incendios construida durante el 2020 en el CCP de Coyhaique y que están ad-portas de ser recepcionadas.
Sin duda que esta es la inversión más grande que hemos realizado en la región en las últimas décadas, supera los 350 millones de pesos y se traduce en la instalación de dos grifos y más de una docena de gabinetes de ataque, distribuidos por los distintos puntos de la unidad penal, estanques de almacenamiento que permiten contar con 100 mil litros de agua, entregando un grado de autonomía para una primera respuesta de parte de nuestro personal ante una emergencia. La obra además consta de dos modernas bombas, una principal diésel, además de una bomba jockey para el propósito de mantener presurizada la red húmeda, a lo que se suma una red seca y una red eléctrica inerte.
Al igual que los sistemas de tecno-vigilancia, las redes contra incendio nacen de una necesidad concreta que es por todos conocida, donde las emergencias con presencia de fuego en unidades penales y el avance permanente de la tecnología, obligan a gestionar e incorporar nuevo equipamiento, más moderno y eficiente para el control de este tipo de emergencias.
Finalmente, no podemos perder nunca de vista que la tecnología es un apoyo cada vez más relevante para el desarrollo de nuestra tarea, sin embargo, es nuestra obligación no olvidar que debemos continuar realizando la labor penitenciaria siempre atentos y vigilantes.
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