La Fe reprograma las intervenciones no urgentes que no necesiten ingreso UCI

La presión hospitalaria todavía es alta, pero la bajada de contagios fruto de las medidas para reducir su transmisión alivian ya la situación de las instalaciones sanitarias. Así, conforme se van recuperando espacios fruto de las altas y el descenso de ingresos, se intenta activar de nuevo la actividad quirúrgica.

Un ejemplo es el Hospital La Fe de València que ha explicado en su boletín semanal que además de las intervenciones urgentes no derivables o las intervenciones prioritarias en pacientes oncológicos se ha incluido la programación de las intervenciones no prioritarias no oncológicas, eso sí, que no requieran cama en críticos.

Asimismo, se propone la «normalización progresiva de la actividad en consultas externas y técnicas» intentando favorecer la realización de consultas no presenciales para evitar desplazamientos innecesarios y se repartirá la actividad programada en turnos escalonados a lo largo del día. También hay un intento de normalización progresiva de las actividades de rehabilitación y fisioterapia y «se pueden realizar pruebas diagnósticas no preferentes».

Desde la conselleria señalan que la recuperación de la actividad hospitalaria será «de manera paulatina» a medida se vayan recuperando espacios que se han ido utilizando para ubicar camas de críticos y hospitalización tras el aumento de ingresos de la tercera ola. Esta recuperación, insisten, será según la evolución de la covid y es un hecho que se está dando de manera generalizada en la mayoría de hospitales, aunque depende en cada centro de su capacidad y ocupación.

También se ve influida la sanidad privada en esta mejoría y desde diferentes grupos de hospitales señalan que las órdenes de Sanidad es que se comenzará de nuevo a realizar operaciones que no requieran una ocupación de una cama de críticos a partir del 1 de marzo. La orden es, sin embargo, tener siempre disponibilidad en caso de rebrote para abrir nuevas camas UCI en 72 horas. Esta recuperación es una buena noticia que muestra el alivio de la presión hospitalaria que, sin embargo, sigue todavía en niveles muy altos.