Profesionales sanitarios atienden a los pacientes con equipos de protección individual/EFE/Enric Fontcuberta
Con la llegada del coronavirus, muchos aspectos del Sistema Nacional de Salud (SNS) se han visto vulnerados. Y, esto, ha llevado a los profesionales a replantearse si realmente el sistema funciona correctamente.
Antes de la pandemia ya existía un proyecto encaminado a promover un cambio en el SNS: ‘Propuesta de recomendaciones para la transformación digital del sistema sanitario para la incorporación de la Medicina Personalizada de Precisión’.
Este informe, impulsado por la Fundación Instituto Roche y presentado la pasada semana telemáticamente, ha sido elaborado por expertos de diferentes áreas sanitarias, y su objetivo es convertirse en “hoja de ruta” para encaminar al sistema sanitario español a una transformación digital.
Un cambio que, según sus autores, permitirá realizar una atención preventiva, diagnóstica y terapéutica, centrada en el paciente.
El documento se estructura en cinco áreas clave: Innovación tecnológica e infraestructura digital; Gobernanza, ética y regulación; Organización de la información y seguridad; Talento, formación y especialización; y Modelo asistencial y salud pública.
En la presentación de este trabajo, el vicepresidente de la Fundación Instituto Roche, Federico Plaza, ha resaltado: “La transformación digital es uno de los mayores retos a los que se enfrenta nuestro sistema sanitario si queremos aplicar una medicina realmente adaptada a cada paciente. Ello precisará de mejoras y soluciones dirigidas a garantizar la buena gestión de los datos, la adquisición de capacidades digitales adecuadas, sistemas de información interconectados e interoperables, entre otras, además de una financiación que habrá de ser sostenida en el tiempo”.
“Demasiada” información heterogénea
La visión de aquellos que están en constante contacto con los datos sanitarios, tanto relacionados con los pacientes como con las investigaciones, aseguran que hay mucha información. Tanta que “son incapaces de utilizarla”.
“Por eso, la transformación digital es clave para dar al profesional sanitario las herramientas que le permitan manejar información compleja y poder, así, optimizar los tratamientos en beneficio del paciente”, detalla Adrián Llerena, director científico del proyecto en el Servicio Extremeño de Salud y presidente de la Sociedad Española de Farmacogenética y Farmacogenómica (SEFF).
Esta cantidad de información, además, tiene un carácter heterogéneo, según los autores. Es decir, los datos vienen de distintas áreas de salud, por lo que no hay “un lago de datos, sino pequeños charcos” que no están combinados.
“Necesitamos un acceso compartido y seguro para que esos datos se puedan utilizar en su conjunto. Para que no sean charcos de datos, sino un lago“, argumenta Joaquín Dopazo, director del área de Bioinformática de la Fundación Progreso y Salud (Junta de Andalucía).
Por ello, dentro de las 50 recomendaciones que ofrece el informe, la creación de una Agencia de Salud Pública es una de ellas, con el objetivo de ordenar toda esa información y sacar de ella conclusiones en el acto.
“Es fundamental la creación de una Agencia de Salud Pública, que permita obtener información y que nos permita tomar decisiones en tiempo real y de forma justa“, añade Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Nuevos perfiles, otra formación
Para los autores del proyecto, el profesional sanitario juega un papel muy importante, pero lo hace más aún su formación dentro del mundo digital. Tener las herramientas, pero no saber utilizarlas, es para ellos un trabajo en vano.
“No solo necesitamos médicos, enfermeros, auxiliares o biólogos, necesitamos realmente nuevos perfiles que reflejan esta necesidad, centrados en informáticos médicos, especialistas en interpretación de datos en medicina computacional“, esclarece el presidente de la SEOM.
Por esta razón, Rodríquez-Lescure opina que se debe hacer un cambio en la enseñanza, dentro de Medicina y Enfermería, en el que se incluya este nuevo paradigma digital.
“Hay que incorporar, en general, competencias transversales. No solo en el grado y posgrado de Medicina, sino también en Enfermería. Habrá que considerar la posibilidad de integrar dobles grados de bioinformática y biomedicina“, detalla.
En otros países, ya existe
La propuesta no es algo nuevo en nuestro entorno, según los autores, pues otros países vecinos y no tan cercanos ya han puesto en marcha este tipo de medicina digitalizada. Desde Francia y Estonia, hasta Israel y Argentina, entre otros.
Según las dimensiones, alcance y el punto de partida del proyecto, la iniciativa internacional, que los autores creen más aplicable a España, es el proyecto Genome England (Reino Unido).
“Sería un gran paso la idea de generar una estructura dependiente del Ministerio de Sanidad. Que se pudiese usar desde los sistemas de salud de cualquier comunidad autónoma y que favoreciese el uso de los datos genómicos y clínicos asociados en la práctica clínica”, comenta Joaquín Dopazo.
Por su parte, el Gobierno ha puesto en marcha la nueva infraestructura de Medicina de Precisión, IMPaCT que supone el primer paso para poner en marcha la Estrategia Española de Medicina Personalizada.
Entre otras medidas, el Ministerio de Sanidad también ha propuesto la inversión de 400 millones de euros para el ‘Plan de Renovación de Tecnologías Sanitarias’, más de 295 millones de euros para la ‘Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud’ y la creación de un nuevo Centro Estatal de Salud Pública.
No es gastar, sino invertir
Transmitir a “los de arriba” que una estrategia nacional para la digitalización del SNS no es un gasto, sino una inversión, es un objetivo.
Así lo plasman los expertos, quienes piensan que la clase política todavía no concibe el I+D como algo interesante donde emplear el dinero.
“Un aspecto muy importante es la divulgación científica y tecnológica. Es la pescadilla que se muerde la cola: Nos quejamos de que hay poca inversión. Si hay poca es porque nuestros políticos no visualizan la I+D+I como algo interesante o importante. Esto es porque la gente no lo ve, no lo ve porque no se transmite a través de la divulgación“, reflexiona Dopazo.
Para conseguirlo, los profesionales proponen empezar la transformación de forma adecuada a la capacidad de inversión.
“No es necesario hacer toda la transformación de golpe, pero no se puede postergar más. Los fondos Europeos de Recuperación pueden ser una buena oportunidad para financiar proyectos en esta dirección“, sugiere el director del área de Bioinformática de la Fundación Progreso y Salud.
Posible brecha digital
Una de las medidas que los autores ven imprescindible, tanto para mejorar la vida del paciente como para empoderarlo de información, es el acceso de la población a sus propios datos sanitarios.
Sin embargo, conseguir un acceso en igualdad de todos los ciudadanos plantea un reto digital para los expertos.
“Una de nuestras preocupaciones es avanzar a un ritmo que pueda generar una brecha digital“, confiesa Pablo Serrano Balazote, director de Planificación del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid).
“Para ello -prosigue- la tecnología de interés público debe estar disponible independiente del nivel económico y educativo. Debe hacerse sencilla y fácilmente usable, que le retorne realmente valor y forme finalmente a los ciudadanos”.
A su juicio, “la transformación digital del sistema sanitario debe contribuir a su sostenibilidad, facilitar la incorporación de ciudadanos y pacientes y garantizar la equidad”.
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