En Cuba se han identificado, desde el año 2018 hasta el primer semestre de 2020, 147 mil 498 parejas con dificultad para la reproducción. Cifras nada despreciables en una nación donde la escasa natalidad complejiza, cada vez más, la dinámica poblacional.
Ajenos a la aspereza de tales datos, Yanet y Julio solo conocen lo lacerante que ha sido para ellos tener que lidiar con una tozuda infecundidad. A lo largo de casi 10 años, este matrimonio residente en La Habana y trabajadores de un centro de investigación, ha puesto sus ilusiones de ser padres en cuanto protocolo de tratamiento le sugieren los especialistas.
Y aunque los procedimientos hasta ahora resultaron fallidos, no renuncian a continuar insertados en el Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil, quizá por aquello de que ‘la esperanza es lo último que se pierde’.
Precisamente, el Estado cubano y sus instituciones sanitarias destinan costosos recursos y diseñan estrategias para convertir en hechos el sueño de mujeres y hombres de concretar una maternidad/paternidad feliz.
Como principio, a ese método de asistencia lo distingue un enfoque preventivo desde el área primaria de salud, escenario que además es clave y puerta de entrada para encaminar la ayuda con cobertura universal, y acceso gratuito a técnicas de reproducción asistida de alta tecnología.
La máxima dirección del país ofrece seguimiento priorizado al desarrollo y potencialización de este programa, puntualizó el Dr. Roberto Álvarez, funcionario para atender el mismo en el Ministerio de Salud Pública (Minsap), en entrevista con Avances Médicos.
El también especialista de I Grado en Pediatría y de II en Administración de Salud, explicó que cada año los equipos básicos de trabajo, como parte del proceso de dispensarizacion, identifican a las parejas para luego remitirlas a las consultas municipales de infertilidad donde son evaluadas, estudiadas y diagnosticadas en el menor tiempo posible.
El objetivo esencial, argumentó, radica en lograr el diagnóstico de las siguientes causas de infertilidad: alteraciones de la práctica sexual que afecten la fecundación, infertilidad por exposición a agentes físicos o químicos, ciclos anovulatorios, alteraciones espermáticas, y sepsis vaginales y seminales.
Para garantizar certeza en los resultados, el municipio cuenta con un equipo de labor debidamente habilitado e integrado por un especialista en ginecología y obstetricia, un psicólogo, personal de enfermería y un técnico o licenciado en laboratorio clínico capacitado para realizar espermogramas de alta calidad.
Según Álvarez, el grupo se auxilia, además, de colaboradores especializados en endocrinología, genética y urología los que, mediante proyección comunitaria, acuden con regular frecuencia desde los hospitales al policlínico, para interconsultar a las parejas.
Luego de un previo análisis y consenso multidisciplinario, se les ofrecerá seguimiento a aquellas que, por causas más complejas de infertilidad, son enviadas al servicio provincial de reproducción asistida (segundo nivel de atención), según los flujogramas de actuación.
Allí se realizan técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, cirugías generales y las inseminaciones artificiales. Los hombres con patologías urológicas que afectan la espermatogenesis reciben tratamiento especializado.
Por su parte, las parejas que requieren de fertilización in vitro u otros métodos de alta tecnología, disponen de cuatro centros territoriales: dos en La Habana y uno en las provincias de Holguín y Cienfuegos.
Hijos por nacer, hijos añorados
Precisa el doctor Roberto Álvarez que es un derecho de mujeres y hombres tener acceso a métodos de regulación de la fertilidad que sean seguros, eficaces, asequibles y aceptables. A la vez que puedan concurrir a instituciones sanitarias adecuadas que le permitan concebir y llevar a término el embarazo y lograr un parto de forma segura.
Recuerda el funcionario a cargo del Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil que, en la década del 80, algunas maternidades provinciales de Cuba emprendieron las inseminaciones artificiales. En 2007, comenzó paulatinamente el procedimiento con técnicas de reproducción asistida de alta tecnología en el hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana.
Pero no fue hasta el año 2016, en medio de las limitaciones económicas que ha impuesto durante más de medio siglo el Gobierno de Estados Unidos, que pudo contarse con una red de apoyo a las parejas en los tres niveles asistenciales: una consulta en los 168 municipios; 15 servicios provinciales de reproducción asistida, y cuatro centros territoriales para este fin dotados con alta tecnología. Cuba es el único país que cuenta con cobertura universal y gratuita a parejas infértiles desde el sistema primario de salud, aseveró.
Señala Álvarez, que las mujeres grávidas por este sistema, en su mayoría con embarazos múltiples, reciben acciones para mejorar el bienestar materno fetal, vigilancia al crecimiento intrauterino y prevención a la prematuridad en sus policlínicos, y se benefician de cuidados prenatales especializados en hospitales.
Como resultado del programa, en los años 2018, 2019 y hasta marzo de 2020, han recibido ayuda en las consultas municipales el 99 por ciento de las 138 mil 977 que demandaron la prestación, precisó el también profesor auxiliar.
Esa labor ha favorecido que se lograran tres mil 787 embarazos, en 2018; seis mil 197, en 2019, y tres mil 260 hasta junio de 2020.
Sin embargo, enfatizó, a pesar de los esfuerzos no se ha conseguido, hasta hoy, satisfacer la demanda, por lo que se considera un problema sanitario de salud que recibe una atención diferenciada.
Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil
Perspectivas inmediatas:
• Adoptar las medidas necesarias para reducir la brecha entre la cantidad de parejas atendidas por primera vez, así como entre estas últimas y las que reciben seguimiento y logran embarazos.
• Elevar la accesibilidad de las parejas a los centros de reproducción asistida de alta tecnología para conseguir, en 2030, iniciar 1 500 ciclos anuales y completar 500 embarazos cada año en ese nivel.
• Continuar perfeccionando las condiciones estructurales y la gestión de las consultas municipales y servicios provinciales.
• Crear para el año 2021 dos nuevos centros territoriales de alta tecnología, en las provincias de Camagüey y Santiago de Cuba. Lograr el funcionamiento estable y a máxima capacidad de los cuatro ya existentes.
• Perfeccionar y extender el método de vitrificación de embriones en estos últimos durante este año.
• Desarrollar la técnica de banco de semen, a partir de una labor más activa en la captación de hombres jóvenes donantes altruistas.
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