De acuerdo con nuestros valores sociales, para los mexicanos la pérdida en calidad de vida puede ser más significaba si se vive con dolor, si se está afectado por ansiedad o depresión o si se está limitado para realizar actividades cotidianas.
Son los tres factores que pesan más al momento de ponderar las dimensiones que afectan el bienestar de los mexicanos. Para cada población es diferente. Para los uruguayos, por ejemplo, importa más el riesgo de perder movilidad, luego su capacidad de autocuidado y en tercer lugar colocan el dolor. Los estadounidenses coinciden con los mexicanos en que el dolor es el factor de mayor peso, pero para ellos es más fuerte la pérdida de movilidad antes que la ansiedad y depresión que lo ubican en tercer lugar.
Y es que cuando hablamos de salud no nos referimos sólo a la ausencia de la enfermedad, sino a un estado de bienestar físico, mental y social. Aquí la palabra clave es bienestar, y éste tiene que ver con la calidad de vida de las personas.
Hace unos días fue presentado el proyecto México Valuation of EQ-5D-5L Health States using the International EuroQol Protocol que se basó en una encuesta y en una extensa medición de los 5 ponderadores sociales que afectan la calidad de vida en México -dolor, ansiedad o depresión, actividades cotidianas, movilidad y autocuidado- y la importancia de su consideración al momento de evaluar las tecnologías de salud en cualquier institución de salud en el país.
Cristina Gutiérrez, coordinadora del proyecto que incluyó a varios investigadores, especialistas e instituciones, destacó en entrevista con El Economista que medir el peso que tienen dichos ponderadores entre los mexicanos es muy relevante porque ello significa considerar la voz del paciente y tomarlo en cuenta al momento de evaluar cada política de salud que se aplique.
En este caso el estudio de dichos ponderadores fue para evaluar las tecnologías de salud en México. Actualmente la evaluación de dichas tecnologías (esto es, las valoraciones y estimaciones que se toman en cuenta para que las autoridades de salud en México incluyan una nueva terapia o tratamiento en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud) toman como base los análisis de costo-beneficio, los estudios de efectividad clínica y seguridad de las tecnologías.
Pero hasta ahora no se contaba con los elementos para sumar la percepción de los pacientes sobre el impacto que una determinada tecnología o terapia tiene sobre su calidad de vida. Por ello es que los especialistas que participaron en este estudio donde participaron la Asociación Internacional de Farmaco Economía (ISPOR) y la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), mencionan que esta nueva herramienta marca un antes y un después porque se abre la oportunidad para evaluar las tecnologías de salud en México tomando en cuenta lo que le importa al paciente: la calidad de vida relacionada con su salud.
La idea es que dichos ponderadores sean incorporados al proceso de evaluación del Consejo General de Salud, y ello significará que México se coloque “a la vanguardia en Latinoamérica con herramientas de decisión que se utilizan en los sistemas de salud Gran Bretaña, la Unión Europea, Australia, Estados Unidos y Canadá,” dijo César Alberto Cruz, director general de evaluación científica y técnica del Consejo de Salubridad General. Esto durante el evento donde se le presentó la herramienta a las autoridades.
Cristina Gutiérrez Delga, especialista en actuaría matemática, quien ha sido representante de México en el Comité de Salud de la OCDE y ha sido asesora en finanzas aplicadas a procesos del sector salud para instituciones en México y Reino Unido, precisó que este estudio les llevó tres años, fue desarrollado a solicitud del CSG, y en él participaron también integrantes de la iniciativa privada y del sector académico nacional. Prevén que los resultados sean publicados próximamente en una revista de Farmaco-Economía.
Lo más importante de todo esto, dijo, es que a la hora de decidir un tratamiento o cualquier intervención o para evaluar si un fármaco está respondiendo en la salud de una persona, cuente la posición del paciente, la forma en que ve las cosas y su estado de bienestar. Porque ante todo la mejor medición debe ser el nivel de calidad de vida que le significa esa terapia o intervención que le están aplicando.
maribel.coronel@eleconomista.mx
Twitter: @MaribelRCoronel
Periodista en temas de economía y salud
Salud y Negocios
Comunicadora especializada en salud pública y en industria de la salud. Cursando la maestria en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM.
Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, concepto sobre salud femenina. Me apasiona investigar y reportar sobre salud, innovación, la industria relacionada a la ciencia, y encontrarle el enfoque de negocios con objetividad a cada tema.
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