Poder conversar con el doctor Saadi sobre esta nueva y revolucionaria técnica fue muy productiva porque no solo provoca esperanzas en pacientes con cáncer que desean ser madres, sino también porque José es una persona que ama su profesión, que es agradecido de todo lo que aprendió y está en el camino constante del perfeccionamiento, tiene alma docente y además, reconoce y comparte con sus colegas el éxito profesional.
– ¿Dr. Saadi se puede preservar la fertilidad en mujeres que tienen cáncer ?
La preservación de la fertilidad es una parte muy importante a considerar cuando debemos tratar mujeres que son diagnosticadas con cáncer. Nuestro objetivo como especialistas en ginecología oncológica, es lograr curar las patologías oncológicas y mejorar la calidad de vida de nuestras pacientes, y la fertilidad es un punto fundamental para las mujeres, por lo tanto, es crucial considerar esta situación al momento de planificar los tratamientos. Existe un gran avance en distintas técnicas y es por esto que debe haber un trabajo multidisciplinario permanente entre oncólogos, cirujanos oncológicos, especialistas en fertilidad, psicólogos, etc. Es clave el correcto asesoramiento a las pacientes y contar con médicos expertos y capacitados en el manejo de las patologías oncológicas.
En el campo de la fertilidad existen numerosas técnicas o estrategias de alta complejidad que se llevan a cabo en laboratorio, como ser la crio preservación de ovocitos o embriones, vitrificación de tejido ovárico, etc., que pueden ser utilizadas en pacientes que van a recibir tratamientos oncológicos.
Pero, también existen tratamientos quirúrgicos que permiten tratar el cáncer y mantener la indemnidad del aparato reproductor femenino para que a futuro pueda ser utilizado para la gestación en forma espontánea y sin necesidad de tratamientos adicionales. Este es el ejemplo de la transposición uterina o mejor dicho transposición útero-ovárica que es la técnica más reciente que hemos realizado.
– ¿Qué tipos de cáncer son susceptibles de la realización del tratamiento de traransp osi ción uteri na?
La técnica inicialmente fue descripta por el doctor Reitan Ribeiro, en Brasil, en una paciente con diagnóstico de cáncer de recto que debía recibir tratamiento radiante por su patología. Esa paciente hubiera perdido definitivamente la posibilidad de concebir en su útero por el efecto de la radioterapia. Con esta técnica de transposición uterina la paciente pudo ser tratada correctamente de su cáncer y también preservar su fertilidad.
En Colombia, por ejemplo, se llevó adelante en una paciente pediátrica con un tumor pelviano de partes blandas que fue tratada con radioterapia y pudo preservar su fertilidad por esta técnica.
En definitiva, puede ser utilizada en mujeres con cánceres pelvianos que deben recibir tratamiento radiante por su patología, por supuesto que deben tener una correcta selección y evaluación por parte del equipo tratante, expertos en su patología, y en el caso que sea factible debe ser considerada la transposición como opción de preservación de la fertilidad.
Resumiendo, puede ser de utilidad en cánceres de recto, vías urinarias, tumores de partes blandas, algunos casos muy seleccionados de cáncer de cuello uterino.
En nuestro caso, el procedimiento lo llevamos adelante en conjunto con el doctor Diego Odetto en una paciente con cáncer de cuello Uterino.
– ¿En qué consiste el tratamiento?
Consiste en mantener el útero y los ovarios alejados del daño ocasionado por la radioterapia mientras dura dicho tratamiento. Para ello, se realiza una cirugía laparoscópica con el propósito de desprender el útero y los ovarios de la pelvis y llevarlos al abdomen superior para que no sean dañados por la radioterapia. La dosis de radioterapia que habitualmente se utiliza para tratar los distintos cánceres pelvianos (Ejemplo: cáncer de recto, cuello uterino, vías urinarias, etc.), producen un daño permanente e irreversible, lo que lleva a perder definitivamente la función de los órganos ginecológicos y con ello la posibilidad de lograr el embarazo por sus propios medios.
Con esta técnica de alejar los órganos del efecto tóxico de la radioterapia se preserva indemne la función de los órganos con la posibilidad de ser utilizados a futuros con fines reproductivos.
Posterior a la transposición, las pacientes completan el tratamiento radiante acorde a la patología a tratar, dicho tratamiento habitualmente se cumple durante 30 a 45 días, como dije previamente, durante ese tiempo los órganos ginecológicos se mantienen protegidos al estar alejados del sitio de la radiación.
Luego de terminado el tratamiento radiante se esperan algunas semanas y se realiza una nueva cirugía laparoscópica para traer o descender nuevamente el útero y los ovarios a la pelvis, a su sitio anatómico habitual.
Sin esta técnica no sería viable preservar la fertilidad en esta población de pacientes, por eso es sumamente importante considerar esta alternativa para mujeres que deben recibir un tratamiento radiante.
– ¿Cuál es la principal diferencia entre el congelamiento de óvulo y este nuevo procedimiento?
El congelamiento de procedimiento que se lleva a cabo en laboratorios de fertilidad, y es una técnica muy importante dentro del campo de la preservación de la fertilidad. Existen numerosas prácticas en fertilidad que son desarrolladas en laboratorio y que han crecido en gran magnitud en los últimos tiempos. Esto permite que muchas mujeres con distintas patologías, que afecten su fertilidad, puedan acceder a tratamientos de alta complejidad llevados adelante por especialistas en el tema y en centros de fertilidad, como por ejemplo mediante la conservación de ovocitos, tejido ovárico, ovodonación, etc.
La transposición uterina en cambio, es una técnica quirúrgica que se lleva a cabo mediante cirugía en quirófano con el fin de mantener la indemnidad del aparato reproductor.
En mi caso, soy cirujano y hace mucho tiempo que trabajo con el propósito de lograr preservar la fertilidad desde la cirugía en pacientes que requieran tratamientos quirúrgicos por su patología.
– Se realizaron 25 procedimientos a nivel mundial y vos fuiste parte de uno de ellos en Argentina, en el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando suceden estos logros, ¿qué pasa por la cabeza de un médico?
Siempre es una gran satisfacción cuando podemos ayudar a nuestras pacientes. La empatía es fundamental para alguien que se dedica a la práctica médica, nuestra misión es intentar ponernos en el lugar de nuestras pacientes para poder entender lo que le está pasando, ayudarlas en esa situación de vulnerabilidad a la que lleva la enfermedad, y capacitarnos continuamente para poder darle un tratamiento de excelencia.
Uno debe entender la medicina desde lo humano, social y técnico, sin esos valores es muy difícil que se puedan lograr grandes resultados.
La capacitación y el entrenamiento continuo y sostenido, son esenciales para un cirujano porque eso permite hacer procedimientos cada vez más complejos, más desafiantes, sobre todo cuando uno se encuentra en un centro de referencia como nuestro Hospital Italiano. Es por esto permanente-, permanentemente nos vemos en la obligación y responsabilidad de estar siempre a la vanguardia en nuestro hospital, y siempre con el compromiso de poder transmitir estos avances y conocimientos a nuestros colegas.
– ¿Cuántas personas forman parte del equipo de profesionales que realizó el procedimiento?
Esta cirugía la llevamos adelante con mi colega y amigo el Doctor Diego Odetto, con quien en la actualidad conformamos el equipo quirúrgico de Ginecología Oncológica en el hospital.
Pero es muy importante resaltar que atrás de este logro existe un gran equipo multidisciplinario encabezado por nuestra jefa de la sección de Ginecología Oncológica, la Doctora Liliana Zamora, quien nos empuja permanentemente a seguir creciendo. El equipo está conformado por especialistas en oncología clínica, en fertilidad, expertos en diagnóstico por imágenes, radioterapeutas, anatomopatólogos, psicólogos, nutricionistas, enfermeros.
– ¿Cuál era el diagnóstico de la paciente que trataron exitosamente?
En nuestro caso, la paciente presentaba un diagnóstico de cáncer de cuello uterino que debía recibir radioterapia. Pero puede ser útil en distintos cánceres pelvianos.
– Hoy es una práctica que se realiza en Buenos Aires. ¿Hay posibilidad de que se extienda al país?
Con respecto a este punto, es una práctica que podría ser replicada en cualquier punto del país que cuente con cirujanos entrenados para poder llevar adelante este procedimiento. La técnica consiste en la realización de una intervención laparoscópica para trasladar los órganos al abdomen superior y otra para descenderlos. La cirugía laparoscópica es una práctica muy utilizada en ginecología para tratar distintas patologías tanto benignas como oncológicas.
Mi sugerencia es que los médicos que están interesados en capacitarse en estas nuevas técnicas puedan acceder a los centros de formación o contactarse con quienes llevan adelante estas prácticas. En mi caso en particular y en el de nuestro equipo tenemos una vocación por la docencia, tratamos de transmitir y compartir nuestra experiencia con nuestros colegas, y estamos a disposición en poder dar una mano para quien solicite nuestro apoyo.
– ¿El abordaje que recibe la paciente es holístico?
Por supuesto, siempre debe ser holístico. Uno no puede centrarse solo en la cuestión técnica de la cirugía, debemos concebir a la paciente como un todo y a la cirugía en sí como una parte del tratamiento.
– En 2012 ya hiciste una intervención que fue muy exitosa, ¿nos contás sobre ella?
A lo que te estás refiriendo es a una técnica quirúrgica que se llama Traquelectomía radical, que es una cirugía para lograr curar el cáncer de cuello uterino y poder preservar la fertilidad. En el 2012 hicimos en Argentina ese tratamiento por vía laparoscópica.
La Traquelectomía radical es una técnica que se utiliza hace mucho tiempo. En Argentina, el Doctor Roberto Testa fue quien introdujo esta técnica hace muchos años y es mi maestro en la medicina, quien me formó como cirujano y de quien aprendí a cómo concebir esta especialidad desde lo humano, lo técnico/quirúrgico y de compartir nuestros conocimientos.
El doctor Testa es una parte fundamental de todos estos logros, porque su dedicación y capacidad para transmitirnos sus conocimientos, nos marcó un camino a seguir y de cómo lograr grandes objetivos.
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