Papantla, Ver.- Laura es una joven papanteca de 29 años de edad que dio positivo a Covid-19, en su búsqueda por recuperar la salud se encontró con un terrible escenario en el que no sólo la atención en los centros de salud y hospitales de la ciudad es deficiente, también tiene que luchar contra la discriminación, un fenómeno social arraigado en la cultura mexicana que ahora tiene un nuevo estereotipo.
A pesar de su condición, la joven pretende crear conciencia en la sociedad afirmando que el coronavirus sí existe, está matando gente y no debe tomarse a la ligera. La entrevistada en exclusiva por Vanguardia, explica que hace algunos días su abuela tuvo dificultades en su salud, por lo que fue internada en una clínica y finalmente falleció, siendo ella la encargada de cuidarla.
Laura, piensa que ahí contrajo el virus, sin embargo, no tiene la certeza de dónde se contagió, lo cierto, es que apenas pasaron unos días, cuando recién empezaba a afrontar el duelo de haber perdido a su ser querido, cuando una nueva mala noticia la tomó por sorpresa.
Y es que tras comenzar a tener fiebre de 39 grados, malestares generales, dificultades para respirar, además de vómito y diarrea, se hizo una prueba de laboratorio y rápidamente fue diagnosticada como paciente positivo al virus Sars-CoV-2, por lo que de inmediato se aisló, tomó todas las medidas de precaución y comenzó un tratamiento.
Explica la joven, quien es empleada de conocida tienda departamental, que en el Hospital General y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde por cierto es derechohabiente, le negaron la atención, afirmando que ya no había espacio para recibirla, por lo que ahora sigue un tratamiento de forma particular.
“La parte más difícil de esta enfermedad desde mi punto de vista es la discriminación, puesto que tengo que salir de casa para realizarme algunos estudios, pero lamentablemente los servicios de taxi me niegan el transporte, quienes consideraba mis amigos me han abandonado, incluso mi familia se ha apartado, quedando solamente mi círculo cercano, quienes no cuentan con un vehículo para poderme transportar”, narra con lágrimas de impotencia.
Considera que ante esta situación deberían de haberse tomado medidas para que los pacientes con esta enfermedad puedan ser trasladados en unidades de transporte público y no pasar por este tipo de situaciones que hacen mella en el estado de ánimo de quienes luchan por sobrevivir a esta enfermedad.
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