La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, Ptar, de Curití, será entregada el próximo 5 de enero, o por lo menos así quedó establecido en el cronograma de actividades establecido entre la empresa contratista y la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS.
Tras las demoras propias ocasionadas por la pandemia, los trabajadores vuelven de a poco a sus labores, en un proyecto que tiene una avance superior al 83%.
El acta de reinicio se firmó el pasado 3 de noviembre y lo que resta son trabajos muy técnicos, pero el proyecto ya está casi listo, dijo Guillermo Pilonieta, subdirector de Planeación de la CAS.
La obra, que se retrasó por la crisis de la COVID-19, es uno de los proyectos que más impacto ambiental generaría en la región.
La Ptar permitirá que se traten las aguas y se entreguen en óptimas condiciones a las fuentes hídricas, especialmente a la quebrada Curití, que se espera sea sufra un proceso de descontaminación paulatino.
“La planta tiene altos grados de eficiencia”, indicó el directivo de entidad, resaltando la alta calidad de los equipos y los procesos que allí se desarrollarán.
En este proyecto empezó a construirse en el año 2019 con una inversión de $6.800 millones, aportados por la CAS, la Empresa de Servicios Públicos de Santander, Esant, y el aporte de los terrenos por parte de la Alcaldía de Curití.
Al terminar, se espera que la planta sea puesta en funcionamiento en compañía de la comunidad para explicar cómo funciona y quién es el operador, para que así la Alcaldía pueda recibirla.
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