Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
La seguridad ha sido definida como la “sensación de total confianza que se tiene en algo o alguien”, que en las ciudades es responsabilidad del Estado para todos los ciudadanos. Si viajamos a un país desarrollado ya sea en Europa o Asia, encontraremos que quien delinque tiene gravísimos problemas en muchos casos hasta la muerte, debido al nivel que tienen las leyes. Por ejemplo, en Singapur escupir en la calle, botar chicles, robar, vender drogas, llevarían a una persona a recibir 100 latigazos, más las consecuencias legales. Una nación que hace 50 años estaba sumida en la pobreza, pero la disciplina la llevó a hacer uno de los 10 países con mejores ingresos, educación y liderazgo en tecnología. En el mundo existen 31 países que castigan los actos delincuenciales como el narcotráfico, el robo, el gota a gota y el consumo de drogas con la muerte. El Estado debe aplicar la ley con todo el rigor al delincuente, pero también debe generar las condiciones para que cada persona tenga prosperidad y mejore su calidad de vida. No es solo aumentar el número de policías, sino aplicar todo un arsenal tecnológico para enfrentar la delincuencia. Quien actúe mal contra la sociedad o sea un peligro deberá recibir el rigor de la ley.
La justicia debe ser eficiente, no creando más leyes, sino aplicando con rigor las que hay. Se requiere de compromiso de la Policía y la comunidad organizada por medio de los frentes ciudadanos y la comunicación permanente con los cuadrantes, que deben ser dotados con toda la tecnología, ningún delincuente puede escapar y ser un estímulo para otros. Ciudades como New York, Los Ángeles y Chicago bajaron los niveles de delincuencia con el uso integrado de centros de control intercomunicado con todas las autoridades y una línea única de emergencias. Unidos a los comandos unificados y plataformas para la prevención y monitoreo de emergencias. Software como el Smartmatic, que permite monitorear condiciones ambientales, alertas tempranas, televigilancia, monitoreando hasta 10 áreas críticas en la ciudad. Programas de despacho automático para incidentes de seguridad por medio de georreferenciación de eventos. Plataformas de monitoreo urbano por medio de comunicaciones y supervisión audiovisual de las situaciones en tiempo real, mediante análisis computarizado de video y audio. Rastreo de vehículos, armamento, equipos, etc., con mapas operativos en tiempo real. Como lo viene haciendo Medellín, que utiliza más de tres centenares de cámaras de vigilancia. Herramientas como el E-Warning que permite capturar información de sensores de ambiente, como pluviométricos, electromagnéticos, inclusive sísmicos y de incendios, niveles de los ríos y quebradas, entre otros. ¿Será que las autoridades y el gobierno son ineficientes con el uso de las cámaras de la ciudad?
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