El jueves por la noche, Vladimir Putin le declaró la guerra a Ucrania y amenazó a Estados Unidos y los aliados de la OTAN. Horas después, Rusia confirmó la destrucción de 74 instalaciones militares. Se cree que detrás de cada operación, infiltrados, están los Spetsnaz. Se trata de la poderosa fuerza de elite del ejército ruso, caracterizada por sus rigurosos entrenamientos, que suelen incluir cadáveres.
El origen de esta fuerza de elite es de finales de la Segunda Guerra Mundial. Desde ese momento, se afianzaron como «soldados de acero» del Kremlin. Su formación está compuesta por los mejores exponentes de la Policía, el Ejército, la Marina o las brigadas aerotransportadas. Tienen un símbolo histórico: el murciélago. Se debe a la habilidad atribuida a sus componentes para moverse en la noche. Otro de sus rasgos distintivos es lo poco que se sabe de ellos: el misterio en relación con las identidades de sus integrantes es total.
La palabra Spetsnaz significa “unidad de designaciones especiales”. Cada uno de sus miembros debe atravesar rigurosos exámenes. Los Spetsnaz saben concretar asaltos a instalaciones militares y vehículos como trenes, colectivos y aviones. Se les adjudica también la operación en el aeropuerto Antonov de Kiev.
Son además especialistas en combate urbano y cuerpo a cuerpo, manejan explosivos a la perfección, son hábiles francotiradores y están preparados para afrontar los tormentos en una guerra. Hay versiones que indican que sus entrenamientos incluyen cadáveres –para hacerse menos sensibles a la muerte–. Se estima que existen ocho de estos grupos de élite, y que cada uno está integrado por unos 500 combatientes.
Asimismo, fueron parte en conflictos como los de Afganistán, Chechenia y, se cree, en Siria. Su tarea principal en tiempos de guerra es la infiltración detrás de líneas enemigas, el sabotaje de las infraestructuras hostiles, las operaciones de contra-insurgencia y el apoyo especializado a las unidades convencionales. Se trata de especialistas en las técnicas más precisas y quirúrgicas de asesinato, demolición, espionaje y operaciones de inteligencia.
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