Reino Unido.- A Kimberly Eccles, de 23 años, la vida se le está acabando a causa de la pandemia, pero no porque le dio coronavirus, sino porque debido a las restricciones en los hospitales le retrasaron sus citas en 3 ocasiones y ahora resultó que tiene cáncer terminal y le quedan solo 6 meses de vida.
“Mi corazón está roto: tengo sólo 23 años y una hermosa hija que me necesita. Pero me dieron un reducido porcentaje de posibilidades de sobrevivir y me dijeron que me quedaban unos seis meses de vida”, dijo la angustiada mujer en entrevista para el diario The Sun.
Narró que todo comenzó con una úlcera en la boca, que le diagnosticaron como una glándula salival bloqueada, en junio de 2019.
Sin embargo, para febrero, esa pequeña herida se había convertido en un tumor del tamaño de una pelota de tenis, así que Kimberley se preocupó mucho y pidió una consulta médica, una biopsia y una resonancia magnética.
Fue en febrero cuando el coronavirus comenzó a llegar a diversos países y el 11 de marzo fue declarado como pandemia. Ante esta situación, y siguiendo los protocolos de los hospitales para evitar casos de COVID-19, los médicos se vieron obligados a suspender las citas de Kimberley.
La joven no pudo completar sus consultas a tiempo, algo clave en el tratamiento contra el cáncer que, cabe mencionar, aún no le diagnosticaban en ese entonces.
Fue hasta agosto cuando los médicos pudieron atender a Kimberley, a través de una videollamada por Zoom le informaron que tenía rhabdomyosarcoma, un tipo de cáncer que muy raramente les da a los adultos. Aunque ella estaba en compañía de su hija de 7 añitos, le notificaron que sólo le quedaban seis meses de vida.
Se sometió a quimioterapias y ahora busca que le extirpen el tumor y para ello también tendrían que quitarle la mejilla izquierda y parte de la mandíbula y los doctores prevén reconstruir su rostro con huesos y tejidos de su espalda.
Aún así, las posibilidades de que sobreviva son muy escasas.
“No puedo evitar pensar en lo diferente que pudo haber sido todo si no hubiera aparecido la pandemia y me hubieran diagnosticado el cáncer antes”, dijo la joven y angustiada madre.
NABA
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