El reconocimiento temprano de la enfermedad ha demostrado ser crucial y el mismo se basa mayormente en el cuidadoso anlisis de sntomas que no tienen que ver con motricidad o el temblor y si bien el diagnostico de la enfermedad contina siendo puramente clnico. La combinacin de estudios de imgenes moleculares y la gentica han tenido un impacto marcado en el diagnostico del pequeo numero de casos que no pueden ser determinados clnicamente.
A las rpidas tcnicas genticas que permiten determinar el riesgo de enfermedad cierto y la posibilidad de diferentes subtipos pasibles de tratamientos enzimticos tempranos, terapia gnica o la implementacin de neuroproteccin en momentos cuando aun los sntomas de la enfermedad no han comenzado, se le han sumado en los ltimos aos protocolos de investigacin sobre la aplicacin de inmunoterapia activa o pasiva (vacunas). Todos estos focalizados en mitigar la progresin de la enfermedad. Lamentablemente la mayora se han suspendido en el contexto actual, pero sern rpidamente reactivados en 2022.
Luego de la introduccin de la Ldopa en los 60′ la implementacin en los ltimos aos de las llamadas terapias avanzadas ha producido un vuelco dramtico en el tratamiento de la enfermedad. Terapias avanzadas no hacen referencia a pacientes con enfermedad avanzada sino a nuevas tcnicas de tratamiento diferentes a la medicacin oral, que se aplican a los enfermos desde etapas relativamente tempranas cuando la medicacin oral no produce beneficios aceptables. Su implementacin en los ltimos aos ha impactado positivamente sobre la calidad de vida de los pacientes. La infusin subcutnea continua de drogas a travs de pequeas bombas portables que no requieren de procedimientos invasivos para su utilizacin o la implantacin quirrgica de electrodos intracerebrales de estimulacin (DBS) han mostrado un efecto muy beneficioso sobre la calidad de vida, la independencia funcional y las actividades de la vida diaria, por la reduccin del temblor, los movimientos involuntarios y sobre todo por su efecto sobre los periodos de inmovilidad. Habindose demostrado que cuanto antes sean utilizadas mayor ser el beneficio.
El aislamiento social, la falta de ejercicio y la ansiedad resultante de los largos confinamientos impuestos por la crisis del SARS-CoV 2, han tenido un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes con enfermedad de Parkinson. A esto, sumada la incertidumbre sobre si la enfermedad es un factor de riesgo para la infeccin por CoV 2, o el infundado temor a que la misma pueda producir en un futuro Enfermedad de Parkinson como secuela. Por ahora solo queda vacunarse, sin reservas con cualquiera de las vacunas disponibles, lo antes posible, maximizar el ejercicio y explorar formas alternativas de socializacin esperando que en la prxima pandemia ya la enfermedad de Parkinson no sea un problema.
*Dr. Marcelo Merello, mdico neurlogo, Jefe de Movimientos Anormales de Fleni.
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