Voces, prcticas y usos culturales de la indumentaria en tiempos de crisis: el barbijo
Mary Carmen Molina Ergueta
Los rostros y sus mscaras
Hoy, domingo de elecciones presidenciales en pandemia, existe la probabilidad de que un jurado de tu mesa electoral pida que te saques el barbijo para comprobar tu identidad. La forma y la imagen de nuestros rostros corporalidades y medios fundamentales para la comunicacin, la individuacin y la diferencia de las identidades en sociedad han sido transformadas por un nuevo accesorio de indumentaria, cuyo uso se ha consolidado con la llegada y la propagacin del COVID-19 en Bolivia. La indumentaria como conjunto articulado de materialidades que disean nuestros cuerpos y sus imgenes en la cotidianeidad, con el aadido de nuevos elementos requeridos para la prevencin del contagio de la enfermedad, transfigura las maneras en las que los cuerpos sostienen cada da sus prcticas, las relaciones con el otro, sus amplias y complejas maneras.
La forma y la imagen de nuestros rostros han sido transformadas por un nuevo accesorio de indumentaria, cuyo uso se ha consolidado con la llegada y la propagacin del COVID-19 en Bolivia.
Con la experiencia del confinamiento durante la cuarentena y el vuelco radical de casi todas las interacciones sociales hacia los medios y soportes digitales/virtuales, nuestros cuerpos, y las prcticas que da a da sostenemos con/en ellos, tambin cambiaron. Una sala de Zoom, espacio privilegiado para la nueva normalidad, se convirti en uno de los pocos lugares donde se puede ver rostros sin barbijos. Sin embargo, como sucede en la calle hoy en da, algo hay que marca la diferencia con los rostros que veamos antes y con las relaciones con los otros que estos rostros abran: la voz. Es otra. Sea el barbijo quirrgico, desechable, simple, doble, de tres, cuatro, cinco capas, blanco, negro, de colores, desgastado, sucio, limpio, nuevo o la conexin a internet lenta, intermitente, ms o menos buena, casi inexistente, un privilegio, la voz es un signo emergente de nuestros rostros que ha sido intervenido por una materialidad poderosa y fuera de nuestro control.
…hoy en da algo hay que marca la diferencia con los rostros que veamos antes y con las relaciones con los otros que estos rostros abran: la voz. Es otra.
La deformacin de nuestra voz se articula con la de nuestros rostros. Y, segn casos, la faz es un sector ms en la adaptacin del cuerpo entero a esta (nueva) (a)normalidad: trajes de bioseguridad de una o dos piezas, guantes, gorros, forros para zapatos, paraguas con cortinas de plstico. Con este incremento de capas y de operaciones para proteger nuestros cuerpos y disminuir su vulnerabilidad, durante siete meses crecieron tambin las estrategias del mercado y las estrategias individuales y colectivas para adaptar a la situacin gran parte de las funciones de la vestimenta vinculadas a la identidad. La ropa es un medio para distinguirnos del otro, un medio para expresar el carcter, el humor, las emociones, las convicciones, los vnculos, nuestras elecciones ms contingentes, como tambin las ms profundas. Por eso, no todos los barbijos son blancos o negros, por eso todas las tiendas o puestos tienen ms de color o un modelo de traje impermeable. Pero, alcanza? Con todas las bioseguridades impuestas y autoimpuestas hoy, seremos capaces de reconocer al vecino, al amigo, al que me cae mal, al pitita, al masista, al poltico?
Tal vez esas caras nunca las vimos, ni las veremos.
Barbijos parlantes
La tele miente, prende tu mente. Desobediencia, por tu culpa voy a ser feliz. No nos callarn la boca. No te quedes callada, conctate con tus aliadas. Qudate en casa no es igual a cllate en casa. Estos son algunos de los mensajes que se pueden leer en los bozales para humanos, los barbijos creados y fabricados por el colectivo feminista Mujeres Creando en La Paz. Celebrando un pensamiento crtico ante los medios, reivindicando las luchas de las mujeres contra el machismo, poniendo los puntos sobre las es contra la romantizacin de la cuarentena y sealando esta como una estrategia que sirve al sistema patriarcal para (en)cerrar ms a las mujeres dentro de los roles de la estructura hegemnica, los cubrebocas feministas buscan otro tipo de transformacin en las voces y los rostros de quienes los portan y de quienes, al verlos, les dan cuerpo en su propio decir.
Un efecto de las transformaciones del rostro a travs de la indumentaria en tiempos de pandemia es la agudizacin de un rasgo de la mirada: la bsqueda de la gestualidad del otro, en particular de los gestos de su faz. Con atencin y curiosidad, y en articulacin con una actitud de resguardo y cuidado de los movimientos de nuestros cuerpos y los de los otros, miramos las caras tratando de escudriar identidades, despejando en la mente las capas o articulando estas con los otros elementos y materialidades que componen la imagen del otro. Tal vez ms que nunca, decimos, caminamos, hablamos y escuchamos con los ojos. Y las cosas que nos dicen los otros, con sus barbijos y sus ojos, muchas veces, disparan las miradas y desbordan las bocas.
Los barbijos feministas celebran un pensamiento crtico ante los medios, reivindicando las luchas de las mujeres contra el machismo, poniendo los puntos sobre las es contra la romantizacin de la cuarentena y sealando esta como una estrategia que sirve al sistema patriarcal para (en)cerrar ms a las mujeres dentro de los roles de la estructura hegemnica…
En muchos casos, estos mensajes no son escritos con palabras sino con materialidades, diseos, motivos y texturas. Desde los primeros meses de la cuarentena en Bolivia, cuando la oferta de barbijos reutilizables comenzaba y se diversificaba rpidamente en las calles de La Paz, aparecieron los cubre bocas confeccionados con textiles bolivianos. Elaborados en talleres textiles de El Alto y La Paz, estos barbijos continan un complejo y relativamente reciente debate alrededor del uso de textiles andinos, entre la apropiacin cultural y la reivindicacin social. Gran parte de estos cubre bocas son confeccionados con textil industrial, es decir, gneros que no se producen con las tcnicas andinas ancestrales y que articulan una rica relacin entre los cuerpos y las materialidades que los protegen, los adornan, les dan identidad. La produccin de aguayo industrial est ligada, entre otros aspectos, a la demanda del mercado del turismo y a la produccin de indumentaria en el marco de tendencias de la moda global, como el ethnic chic. Son varias las marcas de moda boliviana o los emprendimientos de economa informal que incorporan a sus productos, hace al menos diez aos, textiles tradicionales indgenas o rplicas de los mismos. No todas estas marcas o diseadores tienen el mismo propsito comercial y existen matices en cuanto al acercamiento y a la re-figuracin de las estticas y las prcticas textiles ancestrales. En breve: no entran en un mismo saco, pero s en el mismo espacio de discusin: las blusas de seda estampada con diseo de aguayo elaboradas por marca boliviana de diseo de autor, Narcisa, y presentadas en el evento Bolivia Moda (BOMO) en 2017, los pauelos o paoletas de aguayo sinttico que se venden entre 10 y 15 bolivianos en la Feria 16 de julio de El Alto hace al menos un par de aos, o la variedad de prendas con motivos de textiles bolivianos estampados o detalles de textil industrial producidas por la marca de moda casual urbana Khuyana Coolture (Cochabamba).
Elaborados en talleres textiles de El Alto y La Paz, estos barbijos continan un complejo y relativamente reciente debate alrededor del uso de textiles andinos, entre la apropiacin cultural y la reivindicacin social.
Sin embargo, una variable entr en este terreno de discusin durante las ltimas dcadas en Bolivia: la reivindicacin de la diversidad cultural y las herramientas y operaciones puestas en obra para esta. Con sucesos como la quema de la wiphala en noviembre de 2019, los usos de las materialidades que representan la diversidad cultural ocupan el espacio pblico y los cuerpos de los bolivianos de otra manera. Los barbijos de aguayo sinttico o de textil industrial son usados de forma cotidiana, se consiguen fcilmente en el mercado y cargan modos de produccin diversos: cocidos a mano, a mquina, en pequeos o medianos talleres, importados?, su utilizacin habla de las maneras en las que los bolivianos asumimos y reivindicamos identidades culturales diversas y abigarradas.
Con sucesos como la quema de la wiphala en noviembre de 2019, los usos de las materialidades que representan la diversidad cultural ocupan el espacio pblico y los cuerpos de los bolivianos de otra manera.
Por otra parte, siguiendo la ontologa del textil andino y su relacin con el tiempo y las condiciones de la pandemia, el uso del barbijo en comunidades y zonas urbanas de La Paz se articula con las prcticas de elaboracin de textiles ancestrales y de vestimenta en las culturas andinas. En un conversatorio virtual organizado por la Red de Geografas y Epistemologas Feministas del Sur Global, la antroploga boliviana Gabriela Behoteguy comparti una propuesta innovadora desde este espacio de reflexin. Si bien el barbijo no tiene las tcnicas textiles ancestrales que le otorgan la energa vital o kamasa, estos tambin van a construir interpretaciones propias de nuestras sociedades andinas. Al igual que los textiles andinos ancestrales, el barbijo tambin es utilizado para prevenir la enfermedad, en este caso, el coronavirus.
Energa vital, prcticas diarias y privilegios
Entre la diversidad de barbijos que llenaron las calles de La Paz, especialmente de abril a agosto, es posible encontrar, de manera amplia, esta energa vital del elemento del barbijo a travs de los motivos iconogrficos, las formas de produccin y comercializacin, y las propuestas de diseo detrs de algunos de ellos. Por ejemplo, los barbijos bordados elaborados por la asociacin de artesanas y artesanos Iskanwayatex, del municipio de Ayata, provincia Muecas del departamento de La Paz. Confeccionados con bayeta de la tierra y bordados con motivos que aluden a la vida en la comunidad muequea, los cubre bocas de Ayata cuentan las vivencias y las experiencias de las mujeres y su sociedad a travs de una prctica textil ancestral y transmitida de generacin en generacin. La comercializacin de estos barbijos sigue procesos de comercio justo, al beneficiar directamente a las artesanas. Por otra parte, estas prendas s incluyen dos o tres capas de textil para cumplir con el objetivo de proteccin y prevencin de la enfermedad, adems de ser lavables y resistentes. Puede haber recelo en el pblico ante este barbijo, porque no resultara tan garantizado como el quirrgico. Lo cierto es que el mercado de barbijos mdicos fue objeto de una especulacin reprochable e innecesaria en los primeros meses de la pandemia: cmo explicar por qu un KN95 lleg a costar 65 Bs. y ahora se encuentra hasta en 5 Bs.? Pero, sobre todo: cmo sostener la economa, ya en crisis, desechando entre 1 a 14 barbijos por semana, segn el tipo y el tiempo recomendado de uso para las mscaras quirrgicas desechables ms convencionales en el mercado?
En el mbito de la economa y de los emprendimientos locales de indumentaria y moda, trabajadores textiles, comerciantes, costureras, artesanas y diseadoras de moda recondujeron sus propuestas hacia la elaboracin y venta de barbijos reutilizables. A la fecha, la oferta es amplia en las ciudades de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, y hay iniciativas llamativas desde Oruro (los barbijos inspirados en la danza de la Diablada, elaborados por Creaciones y Bordados Supay, artesanos cuyo trabajo se concentra sobre todo en las fiestas del Carnaval de Oruro) y Tarija (la marca Diabla, que realiz una campaa de donacin de barbijos para sectores sociales vulnerables). En La Paz, algunas marcas que trabajan con tcnicas de reciclaje y upcycling (Zafar, ZEF, Kusilla) confeccionaron barbijos de forma artesanal, innovando en tcnica y diseo para la inclusin de capas protectoras y elementos para optimizar el calce y el uso. Ms de 30 marcas pequeas de diseo de moda e indumentaria ofertaron barbijos, adems de industrias nacionales como Calzart (calzados y marroquinera) y Textilon (calcetines y ropa interior). A esta lista se suma otra, ms difcil de medir e identificar, de trabajadores textiles, costureras y sastres que elaboraron cubrebocas en cantidades menores o al por mayor. Muchos elaboraron sus propios barbijos, reutilizando telas y materiales que tenan a mano. Muchos otros, modificaron y arreglaron cubre bocas ya comprados, para adaptarlos a la forma de su rostro o para seguir utilizndolos. Es probable que esta ltima prctica de costura se incremente y nos ocupe mucho ms tiempo. El barbijo es una eleccin de uso y prctica indumentaria cotidiana. Para muchos bolivianos, sin embargo, tener uno es casi imposible. La consciencia y la crtica de nuestros privilegios entonces, tambin debiera ser diaria.
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Mary Carmen Molina Ergueta es investigadora y editora en literatura y cine. Gestora y productora de proyectos para la circulacin y difusin del audiovisual boliviano; es parte del Festival de Cine Radical. Tiene investigaciones y publicaciones sobre poesa boliviana y sobre literatura escritas por mujeres. Desde 2017 escribe y reflexiona sobre moda e indumentaria, prcticas de vestimenta vinculadas con identidades e imgenes.
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