“Estoy cansado de la terrible pestilencia que se siente en horas de la madrugada en Bucaramanga”, “se han incrementado los malos olores en el área metropolitana”, “huele a quemado y ninguna autoridad actúa”, estas son algunas de las frases que a diario expresan los residentes de Bucaramanga, Floridablanca y Girón, para quejarse de los olores desagradables que se perciben en el ambiente.
Si bien esta problemática ya suma varios años tratando de hacer eco entre las autoridades locales y ambientales, las soluciones no saltan a la vista. Los controles que, en su momento, se efectuaron para verificar la operación de las empresas, que serían las responsables de esta situación, quedaron como un antecedente de un camino que se trató de recorrer para buscar alguna respuesta.
En todo este tiempo transcurrido, las constantes quejas se han registrado en Bucaramanga y Girón, principalmente; sin embargo, en Floridablanca también hay malestar.
Por lo menos así lo manifestaron algunos residentes. Uno de ellos aseguró que “en Cañaveral hay olores ofensivos y no nos han querido prestar atención. No hay día de la semana que no se sienta, ya sea en las primeras horas de la mañana o hacia las 4:00 p.m., en adelante. Cuando no es el olor a humo, como si quemaran montes vecinos, es el olor a gallinaza que se utiliza para abonar terrenos en cultivos”.
Este ciudadano indicó que en momentos del día se torna tan desesperante esa invasión de olores, que se ven obligados a cerrar ventanas y puertas. “No podemos aprovechar la brisa refrescante de la tarde que otrora era un bálsamo para suavizar el calor, antes de recogernos para pasar la noche. He reportado esta situación a Bomberos y Policía, pero nadie hace nada, por lo menos, para averiguar qué pasa y, sobre todo, intervenir. Hay que hacer algo, por favor”, acotó.
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¿Y la autoridad ambiental?
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, comunicó que contrario a lo que expresa la gente, sí se hace seguimiento a los procesos que pasaron por evaluación.
De hecho, se mantiene comunicación con las empresas, porque se han comprometido con mejorar los procesos. Y se realiza seguimiento constante al PRIO, que es el Plan de Reducción a Impacto por Olores Ofensivos, que también tiene unas actividades específicas.
Adicionalmente, se destinarán $4.900 millones para instalar un sistema de alertas tempranas, mediante el cual se vigilará, en tiempo real, los olores ofensivos.
Con respecto a la efectividad de este nuevo centro de monitoreo, que estaría listo para el segundo semestre de 2021, teniendo en cuenta que años atrás se le decía a la comunidad que era casi imposible detectar los olores, su intensidad y localización con un sistema tecnológico, la Cdmb respondió que debido a los avances tecnológicos, “el sistema de alertas tempranas está conformado por un sistema integral que incluye vigilancia y seguimiento permanente a las principales fuentes generadoras de olores ofensivos y el seguimiento a sus respectivos PRIO. Se busca un conocimiento integral de la problemática para encontrar soluciones más efectivas.”
Frente a los permisos de emisiones atmosféricas que se le entregan a las empresas, otro tema que inquieta, se pudo establecer que todas las empresas (Harinagro S.A., Sandesol S.A. E.S.P., Avidesa Mac Pollo S.A., Sebosander S.A.S., Coingra S.A.S.) que en su momento fueron demandadas por generar afectación ambiental, cuentan con los permisos que, de conformidad con la ley, se deben solicitar y otorgar. Tienen unos plazos y una vez vencidos se deben otorgar de nuevo. Esas renovaciones se aplican para mejorar los procesos que están implementando.
De hecho, la autoridad ambiental aclaró que la única que tiene aprobado el PRIO es Harinagro, las otras cuatro empresas que son vinculadas como generadoras de olores ofensivos tienen radicados los procesos. “En este momento están terminando la evaluación y una vez evaluados se notificarán para que empiecen a desarrollar ese plan”, subrayó.
Antecedentes
El Consejo de Estado, mediante sentencia del 13 de junio de 2019, en segunda instancia, resolvió amparar los derechos colectivos al medio ambiente sano y a la salubridad pública de los bumangueses, los cuales estaban siendo vulnerados por Harinagro S.A., Sandesol S.A. E.S.P., Avidesa Mac Pollo S.A., Sebosander S.A.S., y Coingra S.A.S., así como por la Alcaldía de Bucaramanga, Área Metropolitana de Bucaramanga y Cdmb.
El fallo surgió en el contexto de un medio de control de protección de los derechos e intereses colectivos, promovido por Diego Armando Páez Sierra, Juan Andrés Lizarazo Barajas, Juan Carlos Ariza Macías y Alí Omar García, quienes, con el aval de la Clínica Jurídica de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga, presidida por la docente Amalia Tapias Tapias, interpusieron una Acción Popular, el 1 de septiembre de 2015, ante el Tribunal Administrativo de Santander, debido a los olores ofensivos que se percibían en el área, desde hace varios años.
En la demanda se argumentó que en la Zona Industrial de Bucaramanga, las sociedades demandadas desarrollaban sus actividades, las cuales requieren del procesamiento de productos y subproductos animales, tales como sangre, vísceras, plumas, huevos no eclosionados y/o picoteados, mortalidades de aves, aves descartadas, huesos, cebo y grasas animales, para transformarlos en harinas, grasas y aceites comestibles, y para uso y comercialización como alimento concentrado para animales. Dichos procedimientos implican someter la materia prima a tratamientos térmicos, durante los cuales se emiten olores ofensivos.
En ese fallo en segunda instancia, también se le ordenó a la Cdmb formular un plan de contingencia por contaminación atmosférica y evaluar la posibilidad de dictar normas de emisión de olores ofensivos más restrictivas; se le ordenó a la Alcaldía de Bucaramanga prohibir el funcionamiento de nuevas instalaciones industriales en el área industrial, hasta tanto no se normalizaran los niveles de calidad del aire por olores ofensivos; y conformar un comité de cumplimiento, el cual aún no se ha instalado.
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