Un ciberdelincuente con un ordenador convencional tardaría cinco minutos en descifrar una contraseña como «copenhague»; dos días si se complica un poco y se elige «CoPEnhAgHe»; varios años si se añade un número; y sería prácticamente indescifrable si se suma algún carácter especial y el servicio para el que se va a usar (1CoPEnhAgHe!CoRReo).
Hay muchas más medidas, pero una contraseña robusta es el mejor blindaje para los datos personales y los servicios y aplicaciones en los dispositivos electrónicos, y por eso los expertos desaconsejan utilizar las más recurrentes o las más fáciles de recordar.
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