“Riesgos ambientales de alto impacto” se podrían generar con la ejecución del plan que propuso la Empresa de Aseo de Bucaramanga para la ampliación de la vida útil de El Carrasco. Así lo señaló la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, en documentación oficial a la cual Vanguardia tuvo acceso.
Expertos de dicha autoridad advierten posibles emergencias como nuevos derrumbes o deslizamientos de residuos, si se disponen más basuras de la cantidad que se proyectó en el ‘Plan de Desmantelamiento y Abandono de El Carrasco’, cuyo plazo final se cumple el próximo 13 de agosto. A partir de las cero horas del 14 de agosto entrante quedará prohibido el ingreso de desechos por orden judicial.
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Son múltiples las preocupaciones de la Anla frente a tal propuesta de prórroga. La Emab no ha precisado cómo se haría el manejo de los lixiviados adicionales que se generarían. Según la Autoridad Nacional, otro grave riesgo que se prevé es la posible acumulación de estos líquidos putrefactos que emanan de las basuras y que podrían perjudicar suelos o fuentes hídricas.
Además de los riesgos, la Anla también señaló en el referido documento que la Empresa de Aseo de Bucaramanga no presentó varios estudios fundamentales para el análisis técnico, como por ejemplo planes o adecuaciones que se deben efectuar en el relleno sanitario para el control y evacuación seguros de los gases generados por los residuos.
“Cumplimiento a la orden judicial”
“Al disponer cantidades nuevas de residuos sólidos se podrían generar impactos ambientales adicionales, los cuales no fueron evaluados o considerados en el Plan de cierre autorizado, lo que produciría un alto riesgo ambiental y/o de contingencia, toda vez que no se cuenta con las medidas apropiadas para atenderlos. Así mismo, tampoco se cuenta con información fundamentada que permita establecer a la Anla que la disposición adicional propuesta le va a aportar una mayor estabilidad al sitio de disposición final que la obtenida con las actividades en curso”, explicó la autoridad ambiental en sus consideraciones.
Es pertinente indicar que en estos momentos se disponen residuos en El Carrasco con el fin de lograr estabilidad en sus celdas y prevenir deslizamientos como el ocurrido en octubre de 2018, cuando hubo una grave emergencia. Dichas labores de estabilización tienen plazo aprobado hasta el próximo 13 de agosto.
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En el citado documento, con fecha de julio pasado, Anla le dejó en claro a la Emab que se “dio viabilidad ambiental a lo que hoy conocemos como el ‘Plan de Desmantelamiento y Abandono’ con la Fase 1 y Fase 2. Lo anterior corresponde a lo decidido por la Anla en las Resoluciones 53 y 153 del 2019, actos administrativos que fueron expedidos por esta autoridad con el fin de dar estricto cumplimiento a la orden judicial anotada… en esencia, cualquier otra actividad distinta, adicional, nueva o que se encuentre fuera del referido plan de cierre o no corresponda a las fases del plan antes indicadas, no es competencia de esta Autoridad Ambiental”.
Intentamos entrevistar al Gerente de la Emab y también tratamos de obtener un pronunciamiento formal por parte de la Anla, pero hasta el cierre de la presente edición de Vanguardia no hubo respuesta de ninguna entidad.
A ocho días del cierre ordenado en El Carrasco, en estos momentos no se conoce cuál sería el plan de contingencia que adoptaría la Empresa de Aseo de Bucaramanga para la disposición de las cerca de mil toneladas de desechos que diariamente recibe tal relleno sanitario.
La ciudad está ad portas de un posible desastre sanitario. Hay incertidumbre en la ciudadanía. No se sabe en donde se dispondrá el 63% de las basuras que genera Santander. ¿Qué pasará con los desechos en unidades residenciales, propiedades horizontales, negocios, empresas, centros médicos, entre otros?
“Posibilidad de derrumbe”
Según la información obtenida, la Emab planteó seguir disponiendo en una celda que fue construida con cierta capacidad y que ya casi alcanza su límite, en un terreno que además tiene inclinación. Enterrar más basuras allí podría causar una emergencia.
“Al disponer residuos adicionales sobre las etapas ya conformadas de la celda de respaldo 1, no se garantiza que el apoyo que tienen las celdas de respaldo, es decir los diques de contención, no se vean afectados por el empuje que generaría la masa total de residuos por el aumento en su peso, producto de la disposición de residuos adicionales a los contemplados inicialmente para el diseño de estos diques, y que ellos tendrían que soportar; riesgo que se incrementa si se tiene en cuenta que el aumento en la pendiente de la celda de respaldo 1 al ganar altura por el volumen de residuos sobredispuestos, podría contribuir a una condición general de inestabilidad que origine un movimiento en masa hacia el área de los pondajes, que de darse conllevaría a una concatenación de riesgos ambientales de alto impacto”, advirtieron los expertos de la Autoridad Nacional.
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Un posible problema de inestabilidad en dicha celda podría llegar a ocasionar una especie de efecto dominó en el relleno y desestabilizar otras celdas, según lo explicado. Esta presunta afectación, entre otras, no fueron contempladas en la propuesta que presentó la Emab.
“Tampoco se hace la evaluación de impactos que puede generar esta sobredisposición hacia las comunidades de Girón, como son: No se realiza análisis de calidad del aire, ni se determina la nueva zona de influencia que podría ser afectada por las condiciones de emisión de gases y partículas. No se realiza la modelación de generación de olores ofensivos, ya que por realizar la disposición en la parte superior o terraza de la celda 4 no se va a contar con una barrera que impida su dispersión sobre las comunidades establecidas alrededor de El Carrasco”, señaló la Anla.
El sistema de drenajes de lixiviados que existe en el relleno no tendría capacidad para hacer el tratamiento de los líquidos putrefactos de 733 mil metros cúbicos adicionales de residuos, según las observaciones técnicas.
La Anla también señaló que “no se cuenta con información que permita determinar si la capacidad de la planta de tratamiento puede manejar eficientemente la totalidad del volumen de lixiviados producido por las celdas antiguas, las nuevas celdas de respaldo y el que se generaría a partir de una disposición adicional de residuos, de modo que este material contaminante no represente un peligro para los suelos y las fuentes de agua superficiales y subterráneas
“No se cuenta con el análisis de la suficiencia de las chimeneas instaladas para la evacuación de gases generados en dichas celdas, por lo cual al sumar nuevos residuos que van a producir más gases, el riesgo de explosión, contaminación del aire y/o desestabilización de las celdas se incrementa, sin que sea posible establecer a ciencia la suficiencia y eficiencia del sistema de manejo de gases actual”, agregó la autoridad.
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