Desde el pasado 14 de agosto El Carrasco dejó de ser el sitio de disposición final de las basuras de Bucaramanga y 15 municipios más. Desde entonces han pasado 10 días en los cuales la acumulación de basuras en cada esquina y los malos olores han sido protagonistas.
Montañas de basura en muchas de las calles, aves de carroña y malos olores generan incomodidad desde hace casi dos semanas en Floridablanca y otros puntos del área metropolitana ante el cierre del relleno sanitario El Carrasco.
Como consecuencia de esta decisión, las empresas de aseo que prestan el servicio de recolección de basura en los cuatro municipios, no han podido normalizar su operación.
Ante este panorama, los ciudadanos han optado por acumular las basuras en las calles, pues la desesperación de tenerlas en casa ha llegado al límite.
Esta determinación ha hecho que la dimensión de la emergencia sanitaria sea cada vez más grave, pues el arrume de toneladas de residuos sólidos terminará por afectar al medio ambiente y la salud de las personas.
Martha Patricia Plata Delgado, gestora Ambiental de Udes Verde explicó que esta situación desencadena una serie de efectos negativos al medio ambiente como la contaminación del suelo y del agua, generada principalmente por los lixiviados, que pueden llegar a las fuentes hídricas y causar efectos adversos.
Sumado a ello indicó que se desencadenan malos olores y la proliferación de vectores de importancia que pueden transmitir enfermedades, sin dejar de lado el impacto visual que ocasiona tener toneladas de basura en las calles.
“Debemos tener cuidado con la generación de gases de efecto invernadero, que contribuyen al aumento en el calentamiento global, impactos negativos que tenemos que minimizar implementando rápidamente planes de contingencia para sobrellevar esta emergencia”, señaló la Gestora Ambiental de Udes Verde.
Pero, ¿Cómo se empieza a notar esta afectación? Según la experta lo primero que se afecta es el aire, el tema de los olores ofensivos y la generación de los gases se van haciendo muy notorios.
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Evidentemente habrá aumento de la temperatura en los lugares donde hay acumulación de estos residuos.
Martha Patricia Plata Delgado, gestora Ambiental de Udes Verde
Fernando José Mantilla McCormick, médico Epidemiólogo y docente en Salud Pública de la Udes señaló que el amontonamiento de los desechos contribuye a la aparición de plagas como roedores, cucarachas, moscas y mosquitos, entre otros, que pueden propagar enfermedades.
Según el profesional de la salud, se pueden desencadenar enfermedades gastrointestinales como diarreas (bacterianas y virales) o parasitarias, relacionadas con el agua.
Enfermedades relacionadas con vectores causadas por mosquitos como el Dengue, Zika o Chikungunya y las transmitidas por roedores como La Peste o la Leptospirosis.
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Sumado a ello también se pueden presentar enfermedades respiratorias, bacterianas y virales como las neumonías y enfermedades de la piel como infecciones cutáneas, de mucosas y de la sangre, debidas al contacto directo con los desechos y a partir de heridas infectadas o infecciones oculares y respiratorias secundarias a la exposición a polvos infectados.
En medio de la pandemia por COVID-19 la no recolección de las basuras debe ponernos en alerta.
“Toda la población estaría en riesgo, sin embargo los niños y adultos por lo general son más susceptibles a las enfermedades. Estamos en una época de cuidado debido a la pandemia, que ha generado otro tipo de desechos dentro de nuestro hogar, los cuales deben ser adecuadamente dispuestos. Tapabocas, guantes, implementos de terapias respiratorias, agujas, jeringas, etc, que se usan en personas que están contagiadas y reciben atención en casa, también son hoy en día un foco de transmisión no solo de COVID-19 sino de otras enfermedades”, señaló Mantilla McCormick.
El mejor tratamiento es no crear basuras
De acuerdo con el Médico Epidemiólogo y docente en Salud Pública de la Udes “el mejor tratamiento para las basuras es no crearlas. Entre los ciudadanos no existe mucha conciencia de que cada uno desde nuestras mascotas (excrementos), hogares (residuos de cocina, residuos inertes, residuos sanitarios), fábricas, empresas, negocios, vehículos, etc., somos generadores de basura y, que su disposición debe hacerse bajo parámetros sanitarios que no perjudiquen a nuestros semejantes.
Cada uno de nosotros debe tomar acciones, pues la norma establece que el responsable de la disposición de los residuos es el mismo generador.
Fernando José Mantilla McCormick, médico Epidemiólogo y docente en Salud Pública de la Udes
Un concepto similar tiene Martha Patricia Plata Delgado, gestora Ambiental de Udes Verde, quien señaló que no hay mejor residuo que aquel que no se genera.
“Es importante tener ese nivel de conciencia y de compromiso de pensar de qué manera puedo reducir y minimizar el consumo, tener mi propia bolsa para mercar, usar un termo, vasos reutilizables en la oficina, entre otros, que nos obligue a reducir al máximo los residuos que generamos. Así estamos contribuyendo positivamente al planeta”, finalizó.
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