De los costos de la pandemia en Villa Clara, el saldo mayor lo asume Salud Pública. Basta indagar sobre los contagios diarios, los casos activos en las semanas más duras del actual rebrote y la red asistencial dispuesta para el seguimiento clínico y epidemiológico de positivos, contactos, sospechosos y viajeros.
Según informó la Dra. Gretza Sánchez Padrón, directora provincial de Salud Pública, hasta el 22 de julio existían 698 capacidades para el ingreso de pacientes de alto riesgo en los hospitales Comandante Manuel Fajardo Rivero, Celestino Hernández Robau y José Luis Miranda, en Santa Clara; y Mártires del 9 de Abril y 26 de Diciembre, en Sagua la Grande y Remedios, respectivamente. Además, se encontraban habilitadas 75 camas para la atención al paciente grave.
Las capacidades en instituciones asistenciales distan mucho de la cifra de casos activos en la provincia. De ahí la decisión de reservarlas para pacientes más propensos a enfrentar complicaciones. Para la atención a casos sospechosos y confirmados de mediano riesgo existen más de 5000 camas en hospitales alternativos —o de campaña—, distribuidos en todos los municipios.
Estos radican en escuelas, hoteles, campismos, círculos infantiles, terminales y otros centros no hospitalarios; pero cuentan con los recursos indispensables para la debida atención clínica, aseguró el Dr. Juan José Pulido López, jefe de Atención Médica en la provincia.
«En la situación pandémica que vivimos, con un aumento considerable del número de casos diarios, tuvimos que dejar los hospitales tradicionales para niños pequeños, embarazadas, ancianos con comorbilidades, y otras personas con enfermedades crónicas que puedan agravar su estado», esclareció.
«Recibimos quejas objetivas sobre las condiciones de los lugares. El esfuerzo de la dirección gubernamental y del Partido en la provincia es enorme, para que no falten los alimentos y el agua. Se ha hecho un despliegue de grupos electrógenos y se han preparado de forma emergente a los cocineros para que los pacientes reciban una alimentación adecuada, sobre todo, los niños», añadió.
Además, se refirió a la disposición de 335 camas para el aislamiento de los viajeros, y 84 para la atención a extranjeros sospechosos y portadores del SARS-CoV-2.
La última actualización del protocolo para el diagnóstico y tratamiento del nuevo coronavirus establece, como novedad, el ingreso domiciliario de los pacientes de bajo riesgo y los contactos de casos positivos. No obstante, cada municipio cuenta con un centro para aquellas personas que no tengan condiciones para cumplir el aislamiento en el hogar.
Con más eficiencia y compromiso deberán desplegarse los médicos y enfermeras de la familia en todas las comunidades. De la responsabilidad familiar, el seguimiento clínico efectivo casa a casa y la eliminación de las brechas en la atención primaria dependerá el control de la transmisión.
El Jefe de Atención Médica en Villa Clara señaló que para mantener en marcha toda la maquinaria asistencial, laboran más de 7000 personas. Unos 3500 soldados de la Salud sostienen el combate cuerpo a cuerpo contra la COVID-19, en turnos de 14 días. Asimismo, una comisión de especialistas de Terapia Intensiva, Cardiología, Nefrología, Radiología, Ginecobstetricia y Cirugía estudia los casos de mayor complejidad.
«Casi todo el personal médico se vincula directa o indirectamente con el enfrentamiento al virus, a veces porque se requiere de una interconsulta, o cuando los convalecientes necesitan tratamientos post-COVID-19 en otros hospitales, como el “Arnaldo Milián Castro”», comentó.
Alrededor de 2000 trabajadores de Educación, Comercio, Gastronomía, Turismo, Transporte y demás entidades del territorio garantizan la vitalidad de centros de aislamiento y hospitales de campaña, y el aseguramiento de recursos.
Pulido López destacó, asimismo, la labor de los estudiantes de Medicina dedicados a la pesquisa activa, y de un número considerable de profesores y alumnos de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, quienes se incorporaron desde el principio a los centros de aislamiento y hospitales de campaña abiertos en la casa de altos estudios.
Durante tantos meses de combate epidemiológico, el sistema de Salud ha contado con la colaboración de Taxis-Cuba, Ómnibus Urbanos de Santa Clara, Transporte Escolar, Transmetro y vehículos particulares arrendados, para trasladar pacientes, trabajadores y muestras de PCR; pues en condiciones de pandemia las ambulancias no dan abasto, y hay que recurrir a medios no convencionales.
Convencido de que la victoria sanitaria resultará inalcanzable sin la responsabilidad de los villaclareños, el Dr. Pulido apela una vez más a la percepción de riesgo y a la disciplina que existía durante los meses iniciales de la pandemia en el país.
«Necesitamos más cooperación en las encuestas epidemiológicas, porque un gran número de personas ocultan los síntomas y llegan al sistema de Salud con complicaciones de la COVID-19. Muchos jóvenes irrespetan el virus y lo interpretan como un resfriado común; pero deben entender que aun cuando la enfermedad transcurra asintomática, produce secuelas.
«Recuerdo a un paciente que me dijo: “este es uno de los catarros más suaves que me han dado”. Al quinto día se complicó, estuvo 16 ingresado en terapia intensiva y, finalmente, se le pudo salvar la vida», relató. Lástima que otros jóvenes no podrán contar sus historias de sobrevivientes.
Especial interés dedica el galeno a la circulación de variantes más agresivas del SARS-CoV-2 en la provincia, fundamentalmente la delta, identificada por primera vez en la India. «Si con la variante original, cada paciente transmitía el virus a dos o tres personas, los portadores de la Delta pueden contagiar hasta a siete. Presenta un período de incubación muy corto y un mayor número de complicaciones pulmonares.
«Además del crecimiento exponencial de casos, la agresividad de dicha variante se refleja en el promedio de estadía hospitalaria, que subió de 5.2 días a casi 6. En estos momentos, uno de cada 15 pacientes de alto riesgo llega a la terapia intensiva», alertó.
Sobre el aumento del contagio en niños y ancianos durante las últimas semanas, el doctor precisó que más del 50 % de los casos activos están concentrados en edades extremas de la vida. «Se han contagiado pacientes cuyos padecimientos de base les provocan invalidez, y personas con cáncer en edades tempranas, nunca habíamos visto tantos».
Insistió, también, en el peligro que corren las gestantes, pues ante cualquier complicación después de las 20 semanas, se interrumpe el embarazo para salvar su vida.
Con un agotamiento general de fuerzas y recursos, al Sistema de Salud le resulta cada día más difícil frenar la transmisión del nuevo coronavirus. Aunque Villa Clara no muestra el peor escenario epidemiológico del país, tantos ejemplos tristes y pérdidas dolorosas deberían bastar para despertar conciencias y encender la disciplina.
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