Por Chris Iggo, jefe de Inversiones de AXA Investment Managers
Sigue existiendo una fuerte demanda mundial en “duración”. Eso quiere decir que, si los rendimientos de los bonos a largo plazo aumentan un poco, los fondos de pensiones y las compañías de seguros de vida comprarán bonos para ayudar a cubrir sus pasivos a largo plazo. En esta etapa actual es suficiente con que los bancos centrales envíen mensajes sobre futuras reacciones políticas, manteniendo en la reserva los cambios operativos reales. En lo que sí pueden confiar los inversores es en que no hay un endurecimiento de la política sobre la mesa, incluso si el crecimiento sorprende al alza y aumenta la inflación.
Si pensamos que los tipos estarán sin cambios durante mucho tiempo y que los rendimientos permanecen en un rango bajo y bastante estrecho, entonces es lógico ser más optimista con respecto a los activos de riesgo. Por ahora, creo que el entorno sigue siendo positivo para el crédito, donde los diferenciales todavía están bastante por encima de los mínimos previos al Covid. La baja volatilidad de los tipos probablemente hace que la prima de riesgo sobre el crédito sea más atractiva incluso si el diferencial se hace más estrecho. Lo que también observamos son factores técnicos increíblemente fuertes (oferta y demanda) en la mayoría de los mercados. Esto supondrá un récord para la emisión de bonos corporativos en muchos mercados, pero la demanda ha sido fuerte porque los inversores están tranquilos el posicionamiento de los bancos centrales. Las empresas han recaudado efectivo, en gran parte para figurar en el balance, y eso se puede traducir en menos emisiones en el futuro. Esto supone un fuerte soporte técnico para el mercado. Solo comenzará a revertirse en el momento en el que esa brecha de apalancamiento bruto-neto se cierre cuando las empresas gasten el efectivo en recompras de acciones, fusiones y adquisiciones, y proyectos de inversión especulativa. Por ahora, no es algo que suponga una preocupación en mayor medida. Me gustan particularmente las duraciones largas de las partes con calificaciones más bajas del mercado de grado de inversión de Estados Unidos.
Renta variable
Aunque las influencias técnicas también son importantes para la renta variable, creo que los inversores deben adoptar una visión más fundamental. Sí, la capacidad de las empresas para reducir sus costes de financiación es importante y, en general, las empresas se encuentran en una posición de efectivo bastante saludable, ya sea por haber refinanciado deudas, por recaudar dinero barato, o simplemente por estar poco endeudadas. Los valores en general probablemente sigan subiendo porque las alternativas no ofrecen rentabilidad (efectivo y activos libres de riesgo) o muy poco retorno (crédito). El debate entre los inversores de renta variable sigue centrándose en el growth frente al value y la preocupación de que las acciones de las compañías de crecimiento y, en particular, en que las acciones de las firmas tecnológicas se encuentren en una burbuja. Las señales sobre estas compañías deben provenir de los beneficios corporativos, que se prevén que serán más altos sobre la base de un mejor crecimiento del PIB.
La mejora en los beneficios corporativos: los datos sobre los resultados empresariales se están moviendo en la dirección correcta, aunque los sectores tradicionales de valor / cíclicos no avanzan lo suficientemente rápido como para respaldar una gran inversión en el growth/ value. Sobre la base de las previsiones de beneficios del consenso, las expectativas de crecimiento de las ganancias a futuro son sólidas para sectores como la atención médica y la tecnología y aún muy débiles para los servicios al consumidor, la industria, la energía y las finanzas. Se necesitan mejores estimaciones sobre sus beneficios en estos sectores para que se impulse una rotación más estable y fortalecer la visión de una recuperación cíclica sostenida.
La clave de los confinamientos
Toda la argumentación anterior está condicionada a que la economía global continúe conviviendo con el virus. Ya ha habido algunos indicios positivos en el frente del desarrollo de vacunas, pero los casos de contagios globales no están disminuyendo. Estoy seguro de que pocos Gobiernos quieran volver a la parálisis económica de principios de la primavera y, con suerte, con las tasas de hospitalización y mortalidad bajas, eso no será necesario. Huelga decir que una segunda ola siempre ha sido un riesgo clave para los mercados desde que comenzó la recuperación de finales de marzo. Por último, existen escenarios potencialmente negativos para los mercados a partir de las elecciones estadounidenses.
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