Una convocatoria a la unidad en contra de la brutalidad y agresividad del imperialismo hizo el miembro del Buró Político del Partido y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, en el discurso de clausura del encuentro virtual internacional de solidaridad con Cuba, celebrado este 1ro. de Mayo.
«La celebración del Día Internacional de los Trabajadores tiene lugar en una coyuntura de emergencia para la humanidad y de una crisis sistémica impuesta por la pandemia de COVID-19», dijo.
Al referirse a la emergencia sanitaria añadió que abarca las esferas de la economía, la política y la sociedad, las cuales muestran las injusticias del orden económico internacional, en el que priman decisiones políticas egoístas, que favorecen la obtención de ganancias sobre la preservación de vidas humanas.
«Hay una nueva división de la humanidad: los que acceden a vacunas, médicos, respiradores artificiales, oxígeno, pruebas de diagnóstico, hospitalización; y de otra parte, los que mueren olvidados, sin asistencia médica y no saben siquiera si serán inmunizados contra el virus o cuándo», señaló.
Afirmó que la reducción de presupuestos asignados a los sistemas de salud y educación debilitó la capacidad para enfrentar la pandemia, y no cesó el saqueo de los recursos naturales por parte de empresas transnacionales protegidas por sistemas políticos corruptos.
En los últimos diez años, el imperialismo estadounidense aceleró sus intentos de ejercer su dominación y hegemonía, «con la exacerbación de la aplicación de la Doctrina Monroe y las peores prácticas del Macartismo», enfatizó.
Ese fenómeno se manifestó en las naciones donde el imperialismo y las oligarquías aliadas pudieron revertir los avances sociales de gobiernos progresistas. «Apoyaron a gobiernos sin legitimidad y a candidatos políticos fascistas y populistas de extrema derecha, muy a tono con la polarización, la política sucia, la promoción de la división y el odio, y la incitación a la insurrección, que tuvieron lugar en los EE. UU.», agregó.
Para ello acudieron a métodos como el control de los medios de comunicación y de las tecnologías para perseguir, encarcelar y debilitar a figuras progresistas y de izquierda, al asesinato, a las masacres y a la más brutal represión y proscripción de la protesta social.
«La resistencia y la lucha de los pueblos, sin embargo, no se detuvo. La articulación en busca de la mayor unidad posible entre las fuerzas progresistas, los gobiernos de izquierda, los movimientos sociales y populares, las organizaciones sindicales, femeninas, de campesinos, de pueblos originarios, juveniles, estudiantiles y de sectores de la intelectualidad y el arte, revitalizaron la protesta y la lucha social en las calles, en las urnas y en las redes digitales, donde se desarrollaron nuevas formas de movilización de ciudadanas y ciudadanos conscientes por la reivindicación, por la emancipación, y también, por el poder político», acentuó Rodríguez Parrilla.
Destacó que se alcanzaron victorias populares como el regreso del Movimiento al Socialismo al Gobierno en Bolivia y también lo conseguido en Chile. Los procesos políticos en México y Argentina contra el modelo neoliberal fueron avances destacados. La resistencia de los pueblos evitó que el imperialismo derrocara a los Gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
«Bloqueada brutalmente por sucesivos gobiernos estadounidenses, incluido el actual, Cuba demuestra que sí es posible un modelo alternativo al capitalismo.
Con un gran esfuerzo, pero con inquebrantable voluntad política, no se abandona a ningún cubano a su suerte, menos en las difíciles circunstancias impuestas por la pandemia», aseveró.Añadió que cada enfermo, sin distinciones, es una prioridad para el sistema de Salud y el Estado, y cada fallecido es motivo de dolor. Igual que cada vida salvada es el resultado de la justicia social y la ciencia en manos del poder del pueblo.
Ponderó que el imperialismo quiere destruir este modelo y por ello afecta severamente la economía cubana. No cesan la persecución, las sanciones y amenazas, y el daño a nuestras relaciones económicas internacionales, lo cual provoca carencias, privaciones y sufrimiento cotidiano a nuestras familias. Acudió a la aplicación de medidas extremas y actos de guerra no convencional para asfixiar a nuestro país, poniendo en vigor más de 240 medidas coercitivas, incluso durante la pandemia.
«Aún así, y a pesar de la campaña de presiones y calumnias contra la colaboración médica cubana, orquestada y dirigida desde Washington, nuestro país envió 57 brigadas médicas a 40 países y territorios. Antes, ya nuestros colaboradores laboraban en 59 naciones», señaló.
Concluyó sus palabras recordando que en el recién finalizado 8vo. Congreso del Partido, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó que nuestra Revolución Socialista, en medio del cerco más feroz, está viva, actuante y firme.
«Así nos sentimos los cubanos: alentados por la solidaridad y el apoyo, ante la realidad desafiante que se impone, conscientes, como decía el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, de que la victoria está en la lucha», sentenció.
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