La pandemia ha frenado en seco las derivaciones de pacientes aragoneses pendientes de una cirugía cardíaca al hospital Valdecilla de Santander, centro de referencia para estas intervenciones y con el que Salud mantiene un convenio desde hace casi 15 años. En doce meses tan solo se ha trasladado a cuatro personas, una situación que ha repercutido en un incremento considerable de las listas de espera en una especialidad, la cardiaca, que antes del estallido de la crisis del covid apenas tenía dos o tres personas con una demora de más de seis meses. Ahora, según los últimos datos, son 54.
Sin duda es la cifra más alta de los últimos años y que ha ido creciendo progresivamente conforme la pandemia se ha ido prolongando en el tiempo. En marzo del 2020, la espera de larga duración en cirugía cardíaca era solo de tres personas y en abril ya se notaron los efectos del covid, al subir a 18 pacientes. El número osciló entre 15 y 18 hasta agosto, cuando las vacaciones y el cierre de quirófanos derivó en otra subida hasta una demora de 32 enfermos de corazón que, sin traslados a Santander, no dejaron de crecer.
Además de la afección del covid, las medidas restrictivas, los confinamientos y la presión asistencial, también han llevado a esta colaboración entre administraciones a números mínimos. Tras el verano las listas de espera en cirugía cardíaca en Aragón no cayeron y se mantuvieron en un dato estable de entre 20 y 30 pacientes, pero el salto se dio en enero, cuando se registraron los 54 actuales. Los datos de febrero se conocerán a mediados de este mes.
Un viaje voluntario
Fuentes del Departamento de Sanidad de la DGA aseguran a este diario que «se está incrementando» el ritmo quirúrgico del servicio de Cirugía Cardiaca, pero reconocen que «si con esa actividad no es suficiente, se valorará la derivación a otros centros», señalaron. Se trata de pacientes que requieren de una intervención más bien rápida dada su urgencia, de ahí que en una situación normal apenas haya lista de espera. En cualquier caso, toda intervención urgente de corazón se está realizando sin ningún tipo de problema y de manera prioritaria.
Además, no se trata de un traslado obligatorio, ya que el Salud contacta primero con el afectado vía telefónica para ofrecerle la posibilidad de viajar hasta Cantabria. Es decir, que voluntariamente a lo largo de este año ha podido haber pacientes que hayan rechazado esta opción, alegando cualquier motivo y, de ahí que las listas también hayan crecido.
El objetivo de este acuerdo con el hospital Valdecilla es aligerar las demoras quirúrgicas, pero la pandemia ha afectado a todo el país por igual y en este centro de de Santander también han tenido que reorganizar su estructura habitual para atender el covid. Estos traslados también se ofrecen cuando se requiere hacer procesos muy complejos o técnicas muy precisas de las que en Valdecilla ya hay experiencia y son una referencia nacional. La comunidad no es la única que deriva allí, también lo hacen País Vasco, La Rioja, Navarra, Asturias y Castilla y León. Anualmente solían viajar alrededor de 70 aragoneses allí, una cifra muy lejana de los únicos cuatro traslados realizados en el último año.
Sanidad cubre el viaje y las dietas del paciente y de un familiar
Para ejecutar estos traslado, el Salud se hace cargo de los gastos de viaje y dietas del paciente y de un familiar, tal y como recoge la orden de Sanidad del 22 de marzo del 2004, publicada en el Boletín Oficial de Aragón, sobre ayudas por gastos de desplazamiento, manutención y hospedaje para pacientes de la comunidad. Así, la cuantía a abonar por el trayecto se obtiene de multiplicar los kilómetros realizados por el paciente, incluyendo ida y vuelta, por una cuantía fija de 0,06 euros por kilómetro. En cuanto a la estancia, al ser hospitalizaciones la cifra tope será de 480 euros por persona al mes por un periodo máximo de seis meses. En cualquiera de los casos, el acompañante deberá presentar un informe clínico y acreditado por el facultativo del Salud para poder recibir la compensación. Quedan excluidos de estos límites los pacientes en espera de trasplante de órganos, cuya cuantía máxima se fija en 720 euros mensuales.
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