Tengo 55 años. Hace 17 años tuve una consulta con un neurólogo debido a que presentaba temblor en las manos. Él me recetó que ingiera en las mañanas, luego del desayuno, una tableta de propranolol de 10 mg. Debo aclarar que cuando las manos están en reposo, no tiemblan, lo que sí sucede cuando se mueven o sujetan algo por muy pequeño que sea.
Con el paso de los años, la dosis de esta medicina fue aumentando. En la actualidad tomo tabletas de 40 mg. El propanolol ha sido usado para el temblor esencial, la hipertensión, ritmo cardiaco, entre otros males. Al momento, esta dosis no logra controlar el temblor de las manos, me resulta difícil tipear en el teclado de la laptop o sostener pequeñas cosas como una taza de café o un micrófono.
La dosis del propanolol no puede aumentar más, ya que mi presión arterial es ideal (120/80) y podría ocasionar una baja de presión o desmayo si ingiero más de una tableta de 40 mg en la mañana. Una neuróloga me recetó tabletas de biperideno y un suero neurológico (vitamina B y C), sin que esto mejore mi dificultad. Necesito ayuda. ¿Qué debo hacer para controlar este temblor que no me deja llevar una buena calidad de vida?
Paciente.
Guayaquil
El análisis del temblor como un signo neurológico requiere tomar en cuenta muchas variables que lo acompañan, sin las cuales la evaluación estaría incompleta y llevaría al neurólogo a cometer errores diagnósticos y, por ende, terapéuticos.
Se deben considerar algunas cosas que no han sido especificadas en su relato, como historia familiar, instauración unilateral o bilateral, tipo de temblor, segmentos corporales afectados (cabeza, mentón, miembros superiores o inferiores), signos acompañantes (rigidez, lentitud de movimientos o inestabilidad), otros signos neurológicos clínicos, si calma o no con alcohol, estrés o sueño.
No se especifica, además, si al comienzo de la evolución hubo buena respuesta al propanolol o si se hizo alguna prueba adicional con algún otro medicamento (levodopa, por ejemplo). Resultados de estudios de laboratorio o neuroimagen. Tampoco se especifica si existen otros diagnósticos acompañantes y tratamientos para otras enfermedades que también pudieran estar relacionadas.
Asumiendo de manera cautelosa que el diagnóstico de temblor esencial es el correcto, dada su característica de temblor de acción y postural, la elección de propanolol sería adecuada como fármaco de primera elección, sin dejar de considerar los efectos secundarios que posee, ya que es utilizado por los cardiólogos como medicación antihipertensiva y antiarrítmica, conociéndose la bradicardia (latidos cardiacos por debajo de 60 por minuto) y síncope (desmayos) como efectos indeseables comunes. Además, está contraindicado en casos de asma bronquial. En neurología, dicho fármaco tiene indicaciones variadas como temblor esencial, migraña, ataques de pánico, entre las principales.
Como alternativa, existen otras estrategias farmacológicas como el uso de medicamentos anticonvulsivantes, dentro de los cuales tenemos la primidona, gabapentina o topiramato, con respuestas parciales y efectos secundarios que se deben individualizar. Se pueden utilizar benzodiacepinas como clonazepam en los casos en los que el componente emocional empeora el temblor. Para otros casos se utiliza toxina botulínica de aplicación intramuscular, que debe ser aplicada por un especialista altamente entrenado para no cometer errores. Es importante reconocer la importancia de la terapia física en estos casos.
En los casos más severos se utilizan técnicas quirúrgicas invasivas, como la estimulación cerebral profunda (tálamo como blanco) o la talamotomía focal por ultrasonido, que, en cambio, no es invasiva.
Todas estas alternativas (fármacos o cirugía) deben ser consideradas y propuestas por un neurólogo competente que oriente al paciente hacia cuál es la mejor opción para él, realizando una consulta médica con historia clínica completa, examen físico integral y exámenes complementarios. Solo así se podrá tomar la mejor decisión. De lo contrario, como se indicó anteriormente, se podría caer en error por referencias informales incompletas.
Dr. Tomás Alarcón Avilés,
neurólogo de adultos, jefe de Neurología del Hospital Luis Vernaza, jefe de cátedra de Neurología de la Universidad de Guayaquil.
Telfs.: 229 2920, 098 510 4403, tomasalarconaviles@hotmail.com
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