El cáñamo industrial es una variedad diferente a la marihuana; al ser procesado con tecnología de última generación puede ayudar en un tratamiento médico.
Desde la antigüedad se conoce que la marihuana o Cannabis sativa ayuda a combatir el dolor o las náuseas. También que su consumo es ilegal en ciertas partes del mundo debido a su psicoactividad y potencial para inducir dependencia.
Pero en las últimas décadas esta planta ha tomado relevancia debido a estudios más a fondo y se han encontrado las aplicaciones terapéuticas que pueden tener sus derivados.
Los estudios se centran en el hemp o cáñamo industrial, un término utilizado para nombrar a la planta de Cannabis sativa L. La L. significa levógira, esto quiere decir que sus moléculas tienen una orientación distinta a las presentes en otras variedades de cannabis. El hemp es primo, pero no hermano de la marihuana.
Víctor Hugo Escobar Rodas, experto en cannabis medicinal y afiliado fundador de Prime My Body en México, explica que la diferencia entre hemp y marihuana son los fitocannabinoides presentes en la planta. Para que pueda ser considerado hemp o extracto de cáñamo debe tener una concentración de tetrahidrocannabinol (THC) menor a 0,2%.
Existen más de 120 compuestos fitocannabinoides identificados en el cannabis. Sin embargo, la atención se ha enfocado en dos elementos principales: el tetrahidrocannabinol o THC (por su efecto psicoactivo) y el cannabidiol o CBD (sin efectos psicoactivos), por sus aplicaciones terapéuticas.
También está ganando popularidad el Cannabigerol (CBG), por su potencial agente antioncológico (lidia contra las células cancerígenas) y por sus propiedades neurorregeneradoras y neuroprotectoras. En el primer caso favorece al reparo de las conexiones neuronales que se van perdiendo con el paso del tiempo y, en el segundo, si se reparan, ayuda a protegerlas para que no se degraden.
El hemp no es un medicamento, asegura Escobar, pero los derivados del cannabis pueden tener aplicaciones terapéuticas, como coadyuvantes a un tratamiento médico, con la finalidad de que este sean más efectivo. Incluso podría ayudar con los efectos secundarios de algunos medicamentos, con lo que la adherencia terapéutica mejora.
¿Qué garantiza la calidad del cáñamo?
Para el doctor mexicano Christian A. Hernández, es primordial conocer la concentración y contenido de los productos con hemp. Los artesanales (técnica tradicional sin proceso industrial) contienen tetrahidrocannabinol (THC) y pueden tener metales pesados o pesticidas, por lo que podrían complicar diversas enfermedades.
“Si conseguimos un producto con hemp de alta calidad libre de THC, metales pesados, pesticidas y bacterias, es absolutamente seguro para cualquier persona sana o enferma”.
Actualmente, agrega Hernández, la tecnología de última generación permite consumirlo en forma de extracto, en nanopartículas sonicadas, es decir, superpequeñitas que garantizan una absorción muy rápida.
“La administración de extracto de cáñamo vía sublingual (debajo de la lengua) nos permite tener los cannabinoides circulando en sangre a los 45 segundos de aplicar la dosis”.
Hernández dice que son muchos los efectos que produce el consumo de hemp, pero en esencia su mecanismo antinflamatorio celular, neuroprotector e inmunomodulador son la razón más importante para su administración, según el caso.
El hemp y los trastornos de ansiedad
Víctor Escobar asegura que el hemp ha demostrado ser útil en el tratamiento de trastornos de ansiedad, mediante la estimulación del sistema endocannabinoide.
Según la psiquiatra ecuatoriana Julieta Sagñay Vera, experta en adiccionología, el 19,6% de los receptores endocannabinoides se encuentran de manera natural en el sistema nervioso central y periférico, tejidos, glándulas y células inmunes, y en órganos que controlan las funciones autónomas como la respiración.
“Se concentran principalmente en las regiones responsables de los procesos mentales y fisiológicos como la memoria, cognición superior, la coordinación motora, el movimiento, el apetito, en la percepción del dolor y en las emociones”.
También, agrega Hernández, al consumir hemp en nanopartículas sonicadas se pueden prevenir enfermedades, porque el sistema inmunológico se fortalece y el sistema nervioso se mantiene estable, lo cual no permite que el estrés cotidiano nos afecte.
Pero no lo recomienda en forma de alimentos porque no se sabe la concentración de cannabinoides que puede contener la planta al natural, por lo tanto puede tener efectos psicoactivos.
“Consumirlos de manera artesanal puede ocasionar desde euforia hasta una crisis terrible en casos de esquizofrenia que pueda provocar un verdadero accidente. Por lo que solo sugiere productos libres de THC que demuestren su contenido mediante estudios confiables”, asegura Hernández.
Sagñay indica que el cannabidiol (CBD) aislado o el THC puro como una sola molécula es más seguro de usar en un medicamento regulado y garantizado, antes que consumirlo de la planta del cannabis, ya que contiene más de 400 tipos de moléculas, muchas de las cuales no han sido investigadas.
“Estudios han determinado que el tetrahidrocannabinol hace más propensas a desarrollar psicosis a personas que consumen marihuana habitualmente y que tienen una predisposición genética o vulnerabilidad por una variante específica del gen AKT1”.
Otro estudio revela que la marihuana al alterar el gen COMT involucrado en la esquizofrenia puede o no detonar la adicción y eso dependerá de la genética, el metabolismo y la personalidad de quien consume.
El mayor riesgo existe, asegura Sagñay, si el consumo se realizó durante la adolescencia, ya que el psicoactivo permanece más de 30 días en la corteza cerebral y afecta la poda neuronal y la maduración normal del cerebro impidiendo una correcta mielinización neuronal”.
Medicamentos con cáñamo aprobados
En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó Epidiolex, que contiene cannabidiol (CBC), para el tratamiento de las convulsiones asociadas con dos formas raras y graves de epilepsia: el síndrome de Lennox-Gastaut (LGS) y el síndrome de Dravet (SD).
Después, en 2020, la misma solución oral fue aprobada por la FDA para el tratamiento de las convulsiones asociadas con el complejo de esclerosis tuberosa (CET) en pacientes de un año de edad o mayores. Una enfermedad genética que causa tumores benignos en diferentes partes del cuerpo.
Además, dice la psiquiatra Julieta Sagñay, “muchos médicos ya estamos prescribiendo solo con receta dos medicamentos elaborados a base de THC como el dronabinol y la nabilona. Ambos contienen cannabinoides sintéticos para tratar náuseas, vómitos y debilidad.” (I)
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