Las intervenciones quirúrgicas han sido de dos enfermedades que afectan a los párpados y dificultan la visión
El Centro Hospitalario Integral Privado (CHIP) ha operado de forma gratuita a 36 niños de 16 países que sufrían unos problemas congénitos en la vista denominados ptosis palpebral y BPES, enfermedades que afectan a los párpados y dificultan la visión. Las intervenciones, llevadas a cabo en dos jornadas quirúrgicas, se han hecho con la colaboración de la Asociación Internacional de Ptosis Palpebral (AIPP) y del oftalmólogo Ramón Medel, del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) y especializado en la ejecución de la técnica ‘Flap Frontal’, que es un sistema mínimamente invasivo que permite con una única cirugía devolver la potencia de visión a niños menores de nueve años. Las jornadas quirúrgicas han estado coordinadas por Salvador Molina, jefe de la unidad de oftalmología del CHIP.
Las operaciones han tenido como objetivo curar a tiempo la ptosis palpebral, una enfermedad que provoca un descenso del párpado superior y que obstruye el globo ocular variando su proporción, y la BPES o síndrome de blefarofimosis, ptosis y de epicanto inverso, padecimiento que afecta directamente al desarrollo de los párpados, que no se pueden abrir al completo y supone una pérdida permanente y definitiva de la visión del paciente.
Ambas enfermedades pueden repercutir en los menores, ya que su momento de desarrollo podría provocar una ambliopía u ojo vago. Los efectos psicológicos son patentes en el día a día del niño por la apariencia estética de la enfermedad provocando graves situaciones de baja autoestima.
«Hito sanitario en Málaga»
El presidente de CHIP, Jesús Burgos, ha dicho a este periódico que «las operaciones realizadas a más de 30 niños de forma gratuita suponen un hito en la sanidad de Málaga». Burgos ha destacado la calidad profesional de los oftalmólogos Ramón Medel y Salvador Molina.
La técnica que aplica el doctor Medel se caracteriza por precisar una sola incisión en el pliegue del párpado, al contrario que las técnicas tradicionales de suspensión frontal, y es prácticamente invisible. Además, el ‘Flap Frontal’ no necesita de injertos de tejidos procedentes del paciente o uso de material externo, lo que mejora la cicatrización y previene posibles infecciones y/o reacciones adversas.
Para estas jornadas, el Hospital CHIP ha destinado equipos sanitarios compuestos por un pediatra, anestesistas especializados en pediatría, un cardiólogo pediátrico, un oftalmólogo experto mundial en esta patología y personal de enfermería con experiencia en pediatría, además de material específico para los pacientes, han explicado fuentes del centro hospitalario.
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