El Reina Sofía, a la vanguardia en la detección de cánceres de mama muy precoces gracias a la inteligencia artificial

Cristina acude por primera vez a someterse a una mamografía. Acaba de cumplir 50 años y ya forma parte del público objetivo del programa de cribado de cáncer de mama de la Junta de Andalucía. En las autoexploraciones que se hacía, unidas a las de su ginecólogo, nunca había detectado ningún bulto que le hiciera presagiar que pudiera tratarse de un tumor. Pero fue la precisión de la inteligencia artificial la que detectó una lesión mínima que acabó confirmándose como un carcinoma. Como a ella, a otras 107 mujeres en el último año y medio les han sido detectado cáncer de mama a diferencia de los 92 casos durante 2020 y principios de 2021. ¿Por qué? Por el uso de la inteligencia artificial en la lectura de las mamografías.

El Hospital Reina Sofía de Córdoba es el único centro público que cuenta con un sistema de inteligencia artificial que ayuda a los radiólogos en una doble lectura de los resultados. Ha realizado en los últimos años una importante apuesta por la mejora en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama, fruto del impulso y compromiso de sus profesionales. Así, la Unidad de Radiología ha incorporado las últimas innovaciones disponibles, además nuevo equipamiento y la reforma de instalaciones, lo que ha permitido situar a esta unidad a la vanguardia en dotación tecnológica y, lo más importante, acercar sus beneficios a todas las pacientes de Córdoba y provincia.

Desde hace un año y medio, el hospital aplica la inteligencia artificial y los datos son claros: el número de cánceres han aumentado y, a su vez, los detectados en estadios muy iniciales, como el de Cristina, cuyo tumor apenas medía 1,7 centímetros. Cuando a las dos semanas vio “un número largo” en su móvil, intuyó que los resultados no habían sido buenos.

Esperanza Elías, una de las radiólogas del hospital, afirma a Cordópolis que el proceso de detección del cáncer de mama no ha variado demasiado ya que, tras realizar la mamografía, ésta es leída por dos radiólogos expertos en mama. Pero la inteligencia artificial está ayudando a la detección de tumores muy precoces “y que pueden ser muy difíciles de constatar a ojos del radiólogo”. Además, numerosos estudios y publicaciones, cuenta Elías, avalan el uso de este tipo de inteligencia como soporte a la lectura humana.



El sistema que hace uso de la inteligencia artificial es muy simple: detecta lesiones sospechosas de carcinoma, las marca en la imagen que se refleja en el ordenador y les asigna una puntuación en función de la probabilidad de cáncer de mama. Así, el sistema trabaja con tres catalogaciones: bajo, con una puntuación de 0 a 42; intermedio, de 43 a 74; y elevado, de 75 a 100. Esto ayuda a que los radiólogos puedan fijarse con mas detenimiento en las lesiones con valores más altos. Pero no todas las puntuaciones elevadas son sinónimo de cáncer. Y ahí entra en juego la importancia de la lectura que haga el profesional médico: “El sistema trabaja sobre la mamografía actual pero no mira las previas, por lo que es muy importante que los radiólogos hagamos una comparación. Si hace dos años había un nódulo que aún persiste, esa estabilidad te habla de la benignidad de la lesión”.

Esta profesional del hospital enumera todos los beneficios que ya están viendo en la aplicación de la inteligencia artificial. “Se detectan lesiones cada vez más pequeñas, un mayor números de lesiones y con un mejor pronóstico para la paciente, que recibe un tratamiento menos agresivo”. Y, de nuevo, los datos. Según las cifras ofrecidas por el Reina Sofía, entre un 75% y un 80% de mujeres que sufren este tipo de cáncer son sometidas a operaciones y tratamientos farmacológicos, evitando así cirugías invasivas como es una masectomía.



Este ha sido en el caso de Cristina, a quien el sistema de inteligencia artificial detectó una pequeña lesión en la mama izquierda. Posteriores biopsias certificaron que se trataba de un tumor, por lo que el 20 de octubre de 2021 fue operada. Dado el reducido tamaño del tumor, fue extirpado y recibió radioterapia en el mismo quirófano. Aunque todo salió “muy bien”, comenta, tuvo que ser de nuevo operada ya que tenía otro tumor pegado al primero, lo que conllevó una segunda biopsia. Al ampliar los márgenes en la intervención sí tuvo que recibir un total de 15 sesiones de radioterapia externa que le generaron varios efectos. Entre ellos, un hormigueo en una de sus manos como resultado de un posible pinzamiento de un nervio producido en la cicatriz.

A pesar de ello, la inspección de trabajo ha considerado que ya puede volver a su puesto de trabajo en un hospital de la provincia. “La valoración es que tras un año de la operación debes estar bien y puedes trabajar, pero no es así”, denuncia Cristina, quien agradece a todo el personal sanitario su profesionalidad y acompañamiento durante todo el proceso de detección, intervención y postoperación, pero asegura sentirse decepcionada con el sistema. “Somos un mero expediente. Un año no es tanto, de verdad. He pasado dos intervenciones, dos radioterapias… Nunca he abusado del sistema y solo me he dado de baja una sola vez, cuando estaba embarazada de ocho meses”.

Un año después de su intervención, Cristina agradece haber sido sometida a aquella mamografía, aunque tanto ella como Elías emplazan a la administración a valorar el aumento del rango de edad. Ahora, Cristina afronta su trabajo y su vida con los ojos de quien, por suerte, ha podido hacer frente a una enfermedad con mucho tiempo por delante.

Más tecnología

Además de la inteligencia artificial, el Reina Sofía usa dos equipos de mamografía digital con tomosíntesis que permiten también realizar mamografía con contraste, un equipo de biopsia asistida por imagen 2D y 3D con mesa prona, cuatro estaciones de trabajo, ecógrafos de alta gama, diferentes sistemas de biopsia mamaria y utiliza la resonancia de forma compartida con el resto de secciones de la unidad. Esta dotación viene a dar respuesta al elevado volumen de actividad que se registra anualmente. Solo durante el pasado año se realizaron 25.000 pruebas de imagen de mama, 1.500 biopsias mamarias y se diagnosticaron 694 carcinomas de mama. 

Las instalaciones también son importantes y, por ello, el hospital reformó hace menos de dos años la Unidad de Radiodiagnóstico a fin de fomentar la humanización y el confort a través de la mejora de la iluminación, decoración (utilizando colores que reducen el estrés), climatización y con zonas en las que las pacientes puedan vestirse con intimidad y comodidad. En esta línea, la ubicación del servicio es clave, ya que se sitúa en el mismo edificio en el que trabajan el resto de especialidades que se dedican a la patología mamaría, facilitando la coordinación y la continuidad asistencial.

Crédito: Enlace fuente

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