Desde marzo de 2019, el centro médico ubicado en Tollocan fue reconvertido a hospital covid-19 y muchos de los enfermos que llevaban seguimiento en el instituto fueron remitidos al hospital regional. Algunos servicios continuaron trabajando, pero la reconversión implicó un retraso en las atenciones, disminución en las consultas y cancelación de algunos servicios.
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Los últimos meses del 2021, la intención de los pacientes para retomar sus citas se enfrentó con la instrucción de obtener una cita en el hospital con un médico familiar. Él decidiría si era necesaria la consulta en especialidad para remitir, una vez más, al paciente al centro médico. La instrucción incluye a aquellos que tienen abierto un expediente de años y han sido intervenidos quirúrgicamente.
Así, se debe empezar de cero sabiendo que conseguir una cita en las unidades familiares es, por sí misma, una tarea difícil. Además de que en caso de requerir estudios el tiempo de solicitud puede extenderse a una gran cantidad de meses.
Los derechohabientes que recibían atención por enfermedades crónico degenerativas o que tuvieron intervenciones quirúrgicas antes de declararse la pandemia han tenido deficiencias en su seguimiento médico. Aunque, no existen datos que puedan señalar cuántas personas empeoraron o, incluso, fallecieron por la omisión o retraso en la atención médica o cirugías programadas.
En ocasiones, obtener una consulta en el ISSEMyM implica demorar más de seis horas. Los enfermos deben esperar más de una cuarta parte del día para recibir una consulta que dura de cinco a diez minutos; pero no existe alternativa. Además, cualquier tipo de reclamo podría eliminar la atención, explican los usuarios.
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