En el Día Internacional del Cáncer Infantil, que se conmemora cada 15 de febrero, vale la pena recordar que el cáncer infantil comprende diferentes tumores aunque los más comunes en la población infantil son la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
- Este 2021 se conmemoró el Día Internacional del Cáncer Infantil bajo el lema “Lograr la curación del cáncer infantil es posible”, en el que la información para cuidadores y padres de familia toma especial relevancia.
- En México el cáncer es la principal causa de muerte por enfermedad entre los 5 y 14 años, con más de 2,000 fallecimientos anuales; la leucemia es la neoplasia más frecuente.
- El diagnóstico incluye diversas pruebas de laboratorio; la citometría de flujo bajo procesos estandarizados es clave en la caracterización celular y marca la pauta para un diagnóstico y tratamiento precisos.
En México el cáncer es la principal causa de muerte por enfermedad entre los 5 y 14 años, con más de 2,000 fallecimientos anuales. Según el Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA) la leucemia es la neoplasia más frecuente con una prevalencia de 48%; seguida de los linfomas (12%) y de los tumores del Sistema Nervioso Central (9%).“La leucemia es el cáncer más frecuente en los niños y puede ser curable si se detecta a tiempo. El término se usa para describir los cánceres de las células sanguíneas llamadas leucocitos o glóbulos blancos. El tipo de leucemia depende del tipo de glóbulo que se convierte en cáncer y de si crece de forma rápida (leucemia aguda) o lenta (leucemia crónica). La leucemia aguda es el cáncer más común en niños menores de 15 años”, dijo el doctor Rodrigo Pestana Lopes, doctor en Biología Celular y Molecular y líder para Asuntos Médicos y Científicos para Latinoamérica en Becton Dickinson (BD).
Pese a los avances médicos, las causas de la leucemia siguen siendo desconocidas; no obstante, se cree que influye haber recibido tratamientos oncológicos previos, la exposición a ciertas sustancias químicas/humo del tabaco y tener antecedentes familiares de la enfermedad.
Los síntomas incluyen sueño y cansancio, dolor de cabeza, mareos o aturdimiento, pérdida del equilibrio, cambios en el comportamiento, dificultad para respirar, piel más pálida, infecciones recurrentes, fiebre sin motivo, moretones y sangrados anormales, sangrados nasales frecuentes o severos, dolor de huesos o articulaciones, crecimiento del abdomen (vientre), pérdida de apetito y de peso, hinchazón de cara, brazos y ganglios linfáticos inflamados.
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, biopsia de la médula ósea/ganglios linfáticos, punción lumbar, pruebas cromosómicas y/o pruebas de imagen. También se realiza la citometría de flujo, que bajo procesos estandarizados permite analizar un gran número de células y diferenciar las de tipo canceroso de las células normales, al tiempo que aporta información del inmunofenotipo. Esto ayuda a la caracterización de las células malignas y marca la pauta para un diagnóstico más preciso y, con ello, un tratamiento más certero.
Actualmente, la citometría de flujo se realiza en los principales hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS), como el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
“El cáncer puede ser curable si se detecta a tiempo, pero hay factores que pueden complicar la recuperación de los niños, como no tener un diagnóstico preciso, la falta de acceso o el abandono del tratamiento, los efectos secundarios de algunas terapias y no tener un seguimiento o monitoreo adecuados”, añadió Pestana Lopes.
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