El tratamiento de los residuos patológicos en medio de la pandemia, fue un tema importante que se debió atender y fortalecer. En ese sentido, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a cargo de Juan Cabandié, robusteció el sistema de gestión de los residuos patogénicos en el marco del Covid-19, permitiendo que pudiera funcionar de forma ordenada y sin colapsos, incluso durante el pico de contagios. Las iniciativas fueron desplegadas a través de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental.
En Argentina se adoptaron medidas preventivas eficaces y en ese escenario de crisis sanitaria, se fijó como actividad esencial la recolección, el transporte y el tratamiento de residuos sólidos urbanos, peligrosos y patogénicos.
Durante estos casi dos años, se realizaron aportes significativos al abordaje integral de la pandemia por coronavirus, brindando apoyo y colaboración por medio de acciones como la entrega de insumos; la disposición de soluciones administrativas para los registrados -como generadores, transportistas y operadores de residuos patogénicos-; y la elaboración de protocolos.
El manejo seguro de esos desechos biomédicos y sanitarios es esencial para la salud de la totalidad de la comunidad y la integridad del medio ambiente. El manejo incorrecto de tal volumen de productos puede llegar a ocasionar «un efecto rebote», tanto en la salud de las personas como al ambiente, y es ahí donde resulta de vital importancia la gestión y disposición final de forma segura como parte de una respuesta de emergencia efectiva.
Asimismo, es fundamental que se apliquen normas uniformes de protección del medio ambiente y la salud humana en todos los establecimientos de asistencia sanitaria, sean cuales fueren las tecnologías utilizadas para el tratamiento y la eliminación. Esto a su vez garantizará una mayor viabilidad y eficiencia del sector.
EL MANEJO EN RAFAELA
En el hospital Dr. Jaime Ferré de nuestra ciudad, se contrató una empresa que viene a Rafaela a retirar los residuos patogénicos, que en todo este tiempo fueron kilos y kilos que se mandaron para ser incinerados. Con la pandemia hubo que ampliar el espacio de almacenamiento y para tal fin se dispuesto un contenedor específico, además de crearse un lugar nuevo al que ya estaba, es decir, se creó una platea de hormigón con una casilla nueva ventilada, dispuesta para esa función. Todas estas readecuaciones, atendiendo la excesiva cantidad de residuo patológico que era necesario descartar de manera segura
En tanto, los trajes blancos se procesan con lavados especiales al igual que toda la ropa de cama del hospital. Los trajes igual duran muy poco y las batas que usa el personal de salud, las cosían y lavaban los empleados del hospital de la sección lavadero.
Por otra parte, todo el material cortopunzante que se descarta se coloca en descartadores destinados para ese tipo de elementos y esto es llevado por la empresa contratada que cobra por kilo.
El bioingeniero Emilio Moscardo, al ser consultado por el tema señaló que “en cuanto a los residuos patogénicos en realidad, es la palabra adecuada ahora, en el hospital todavía hay mucho por hacer, si bien se mejoró mucho, hay depósitos transitorios, hay un depósito final adecuado para ese tipo de residuos y después viene la empresa contratada a hacer el retiro y disposición final de los residuos, insisto en que queda mucho por hacer”.
“En este último año se cambió bastante, pero es importante aclarar que dentro de los residuos patogénicos también están los residuos peligrosos, los cortopunzantes, todos los generados en las distintas intervenciones quirúrgicas; se genera un gran volumen obviamente producto de la pandemia, por la cantidad de pacientes que se tienen en las terapias intensivas. Se trabajó muy bien y de manera responsable, pero todavía queda mucho por hacer en este sentido”, puntualizó el profesional.
UN TRATAMIENTO ADECUADO
Durante el año 2020, el Covid-19 exigió el uso de elementos de protección personal en todo momento, generando cambios importantes en la atención de la salud. Esto fomentó un aumento en la generación de residuos de estos establecimientos, e impactó en la gestión integral de residuos, entendida en las sucesivas etapas que estos recorren, es decir, generación, transporte, almacenamiento, tratamiento, y disposición final.
Esta situación, que ya se había atravesado con la aparición del HIV, llevó a la modificación de prácticas, técnicas y tecnologías en la atención de la salud. Así mismo, impulsó políticas internacionales y legislación local para la gestión de los residuos denominados patogénicos.
En todo este tiempo, se observó que existen protocolos para el tratamiento de los residuos generados en hogares con pacientes con Covid-19, que en la práctica no se siguen, acabando junto con los residuos domiciliarios. Se destaca en este marco, la importancia de una buena separación de residuos, ya que una mala disposición puede generar un aumento indiscriminado del volumen de residuos y puede ser peligroso para las personas que intervienen en todas las fases de su tratamiento.
Por otra parte, diferentes profesionales vinculados con la temática, sostuvieron que es fundamental contar con capacitaciones para el personal de centros de salud sobre la correcta manipulación y segregación de residuos patogénicos, ya que muchas veces se observa un faltante de información disponible y confiable sobre estadísticas de generación, tratamiento y disposición final de residuos peligrosos, con lo cual se dificulta analizar la situación actual y realizar recomendaciones para la mejora de su gestión.
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