Poza Rica, Ver.– (Vanguardia de Veracruz).- Mientras que en algunas calles del municipio los conductores se enfrentan hasta a tres franjas de reductores de velocidad en menos de una cuadra, en otras, los mismos han desaparecido o de plano no existen, aun cuando se requieren para evitar un accidente.
Lo anterior se presenta en varias colonias, como en la Petromex, sobre la calle Democracia Sindical, o en La Ceiba, sobre la avenida Papantla, por mencionar algunas, donde el desgaste de los topes es evidente, en tanto las boyas se han desprendido del arroyo vehicular, dejando irregularidades en el mismo, que deben ser sorteadas por los automovilistas.
Caso contrario ocurre en otros puntos de la ciudad, sobre todo frente a iglesias o escuelas; donde, si bien se tiene mayor precaución ante el elevado número de personas que llegan a circular por esas zonas, la instalación de boyas o topes resulta excesiva.
Ejemplo de lo anterior se observa sobre la calle Araucarias, en la colonia Magisterio, donde en menos de una cuadra, frente a la secundaria, existen tres franjas de boyas; mientras otro número similar se ubica cerca del parque Los Laureles. Misma situación ocurre en la calle 18 de Marzo de la colonia Manuel Ávila Camacho, frente a la parroquia que ahí se ubica.
“Mejor nos damos la vuelta por el super, porque al final del día son daños para el vehículo, y no es mío”, compartió un taxista sobre la medida que debe adoptar en la calle Araucarias, ante tantas boyas.
Por Andrea Galicia
Gráfica Ademir Lozano Neri
Crédito: Enlace fuente
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