Su pasión por estudiar los virus empezó hace más medio siglo cuando era estudiante de medicina y pupilo de un virólogo austríaco de gran eminencia en su natal Venezuela, hoy a sus 75 años el doctor José Esparza es una de las voces reconocidas en el mundo de las enfermedades infecciosas, incluida el COVID-19.
Radicado en Reston, Virginia, Esparza es profesor adjunto de Medicina en el Instituto de Virología Humana de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Baltimore, y del programa Robert Koch Fellow del famoso Instituto Robert Koch en Berlín, Alemania.
Trabajó en el Programa Global contra el Sida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue consejero por10 años de la fundación Bill & Melinda Gates.
Sus estudios sobre el origen de la vacuna contra la viruela están cambiando los textos de medicina.
En su apretada agenda, el doctor Esparza hizo un alto para hablar en exclusiva con El Tiempo Latino sobre los resultados preliminares de los ensayos de las vacunas de los laboratorios Pfizer y Moderna.
Sin embargo, pese a las noticias esperanzadoras, el doctor Esparza recomendó a los hispanos del área metropolitana de Washington a continuar con las máximas medidas de prevención, más aún cuando en Maryland, Virgnia y el Distrito de Columbia, se han reportado aumentos en los números de contagios, que han obligado a los gobiernos optar por más medidas de restricción.
“El que se esté avanzando en una vacuna no quiere decir que ya estamos cerca de controlar la pandemia. Por el contrario, la gente debe seguir usando las mascarillas, manteniendo su distancia social y lavándose las manos constantemente”, dijo el doctor Esparza.
Resultados de las vacunas
La compañía de biotecnología Moderna anunció este lunes 16 de noviembre que su vacuna contra el coronavirus tiene una efectividad del 94.5% para prevenir la infección, según el análisis inicial de su ensayo de fase 3. Los investigadores dijeron que los resultados eran mejores de lo que se habían atrevido a imaginar. Pero la vacuna no estará ampliamente disponible durante meses. Moderna es la segunda compañía en reportar datos preliminares sobre una vacuna aparentemente exitosa. La semana anterior, la farmacéutica Pfizer dijo que su vacuna, también en la fase 3, tiene una eficacia del 90%, lo que ofrece esperanza en una pandemia creciente que hasta el martes 17 de noviembre, había infectado a más de 11 millones de personas en Estados Unidos y que había ocasionado la muerte de más de 251 mil pacientes.
¿Qué significan los resultados preliminares?
“Son una noticia que trae mucha esperanza… Aunque se trata de resultados preliminares, son francamente extraordinarios.
Demuestran que la vacuna contra el COVID-19 es una posibilidad real que nos sacará de la pandemia, aunque no será de inmediato, pasará un buen tiempo”, dijo el doctor Esparza, quien ha trabajado décadas en la investigación para lograr una vacuna contra el VIH-Sida.
“Encontrar una vacuna contra el VIH es aún un reto. A diferencia del COVID-19; el virus que causa el Sida es un virus muy complejo y variante”, dijo.
En octubre, el virólogo había dicho que era muy posible que a fin de año se tendría la aprobación de las primeras vacunas contra el COVID-19. “Los resultados tenían que ser efectivos y lo que ambas compañías han reportado ha superado las expectativas, por lo que podrían ser aprobadas pronto para ser distribuidas entre el personal médico primero”, dijo Esparza.
Operación “Warp Speed”
El gobierno federal ha estado trabajando desde el inicio de la pandemia para poner a disposición una o más vacunas contra el COVID-19 a través de la Operacion Warp Speed (Velocidad de la luz) en la que colaboran diversas agencias federales, entre ellas el Pentágono, y cuyo objetivo es agilizar el desarrollo, aprobación, producción y distribución de una vacuna contra el coronavirus.
“Varias compañías han recibido muchísimo dinero para producir la vacuna ‘a riesgo’. El riesgo no se refiere a la salud del individuo, sino al riesgo económico en caso que los ensayos no resulten”, dijo el doctor Esparza.
Moderna, es parte del programa “Operation Warp Speed” y recibió cerca de $1 mil millones en fondos federales para el desarrollo y producción de la vacuna.
También llegó a un acuerdo con el gobierno por $1,5 mil millones para suministrar millones de dosis de la vacuna.
En cambio Pfizer no ha recibido dinero federal para la fabricación y producción de la vacuna, pero sí firmó un acuerdo de $1 mil 950 millones para entregar 100 millones de dosis de la vacuna, como parte de una compra anticipada, lo que significa que no se le pagará a la empresa hasta que entregue las vacunas.
Aprobación de la FDA
Bajo la operación Warp Speed, las compañías pueden pedir una “autorización de emergencia” a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para que permita la distribución de las vacunas al público, en lugar del proceso regular, que tarda mucho más tiempo.
“No hay ningún medicamento que se pueda distribuir sin la aprobación del FDA, pero en este caso la agencia no dará una aprobación regulatoria que debe comprobar varios aspectos sino una ‘autorización para uso de emergencia’, como se hace cuando estamos en una guerra y los soldados deben recibir medicamentos de inmediato”, dijo Esparza.
El virólogo explicó que hay dos requisitos que cumplir para que el FDA apruebe la autorización de emergencia.
“Primero, las compañías deben contar con una información mínima de eficacia. Y eso ya se ha cumplido con ambas vacunas”, dijo.
“El segundo requisito responde a la seguridad. Se requiere que haya pasado al menos dos meses de datos de seguridad desde que se aplicó la segunda dosis del ensayo de vacuna”, expresó el doctor al explicar que es entre los dos meses cuando las personas presentan efectos secundarios al medicamento.
“En esta semana se cumplen esos dos meses de datos de seguridad, por eso creo que la vacuna ya podría aprobarse bajo la autorización de emergencia, porque el COVID-19 es una emergencia”, dijo.
Pfizer dijo el martes 16 que ya se prepara para solicitar una autorización de uso de emergencia
Otras vacunas a la vista
El doctor Esparza dijo que tan pronto como a fin de noviembre o principios de diciembre se verían los resultados de otras dos vacunas. “Se están por publicar los resultados de los ensayos de la vacuna de Johnson & Johnson y de AstraZeneca”, dijo. “De ser así habría mayor alcance para la población.
Distribución será un reto
Una vez autorizadas por la FDA, la distribución de las vacunas presenta un desafío abrumador debido a que éstas deben ser conservadas en un congelador. En el caso de Pfizer, debe mantenerse extremadamente frío: a -94 grados Fahrenheit, que es más frío que el invierno en la Antártida. Moderna ha dicho que su vacuna también debe congelarse, pero solo a -4 grados Fahrenheit, más como un congelador normal. “Transportar la vacuna, especialmente la de Pfizer, asegurándose que permanezca a esta temperatura será todo un reto”, dijo el doctor Esparza.
¿Quiénes serán los primeros en recibir la vacuna?
“El plan contempla a los trabajadores de salud como los primeros en recibir la vacuna. También se está considerando dar prioridad a los trabajadores de industrias esenciales, a gente con determinadas afecciones médicas y a mayores de 65 años”, dijo el doctor Esparza.
Se estima que entre Pfizer y Moderna se esté distribuyendo en el primer mes alrededor de 50 millones de dosis.
Buscando la inmunidad
Se estima que cerca del 60% de la población debe ser inmune para poder interrumpir la cadena de transmisión del virus.
“Por eso la distribución es clave para alcanzar al mayor número de personas”, dijo el doctor Esparza.
Aportes a la medicina
El doctor José Esparza nació en Maracaibo, Venezuela y recibió su título de médico-cirujano de la Universidad del Zulia en 1968. Después de terminar su doctorado en Virología en Houston, regresó a trabajar al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), entre 1974 y 1986, ese mismo año se fue a trabajar con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, Suiza. “Fui por unos meses y me quedé 20 años”, dijo Esparza, quien formó parte del Programa Global contra el Sida y la iniciativa para una vacuna.
El aporte de Esparza en cuanto a esta vacuna contra la viruela, tiene que ver con sus orígenes. Por años se atribuyó la vacuna a una inoculación de una enfermedad de la vaca (cowpox).
Por ello el nombre “vacunación” (por vaca en latin).
En 1939 descubrieron que no se trataba de una enfermedad de la vaca. Sin embargo, la ciencia no pudo determinar de qué animal provenía la vacuna. Sin embargo, hace cinco años, Esparza y dos colegas, de Brasil y Alemania resolvieron el caso al descubrir a través de procedimientos moleculares que la enfermedad benigna inyectada contra la viruela, provenía del caballo (horsepox).
“Este descubrimiento está haciendo que se cambien los textos sobre vacunación y virología”, dijo.
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