Aunque se suele pensar que la fibrosis pulmonar es una enfermedad de alto riesgo, con los
avances médicos se ha logrado manejar positivamente su evolución.
Hasta hace algunos años, la fibrosis pulmonar era sinónimo de una enfermedad compleja de evolución catastrófica y progresiva. Sin embargo, durante la última década los avances médicos han
permitido ofrecer a los pacientes diversas opciones de tratamiento: “La fibrosis pulmonar es un gran diagnóstico en el que convergen
distintas afecciones del tejido pulmonar que afectan de
forma difusa al pulmón
. El tejido pulmonar se daña, provocando cicatrices que dificultan su funcionamiento”, explica la doctora Georgina Miranda, broncopulmonar de Clínica Alemana.
A pesar de que las causas de la fibrosis pulmonar varían en cada paciente –desde factores ambientales hasta ciertas enfermedades de base–, algunos factores de riesgo pueden ser:
- Edad: es más común en adultos de mediana edad y adultos mayores.
- Tabaquismo.
- Personas que por su trabajo –minería o agroindustria, por ejemplo– están expuestas a más agentes contaminantes.
- Factores genéticos. O sea, familiares directos portadores de fibrosis pulmonar.
- Enfermedades reumatológicas de base.
Síntomas de alerta y tratamientos para la fibrosis pulmonar
Según explica la especialista, la
fibrosis pulmonar pertenece al grupo de las enfermedades raras
del pulmón
. Por eso, es de suma importancia que consultes con un especialista si algunos de estos
síntomas se tornan más frecuentes:
- Mayor cansancio en la realización de las actividades habituales.
- Dificultad para respirar.
- Tos en aumento.
- Fatiga.
- Dolor en las articulaciones.
En cuanto a los tratamientos, la especialista explica que actualmente existen dos tipos:
- Tratamientos antifibróticos: indicación de fármacos específicos para detener la progresión de la enfermedad.
- Tratamientos inmunológicos: ayudan a modificar el curso de la enfermedad.
“Asociado a esto, viene la terapia de acompañamiento del paciente, fundamental para su rehabilitación pulmonar”, dice la doctora Georgina Miranda.
La importancia de un diagnóstico oportuno
Los últimos años se ha logrado clasificar la fibrosis pulmonar en distintos tipos, aumentando así las posibilidades de tratamiento para cada caso particular: “Es un tremendo avance saber de qué tipo de
fibrosis estamos hablando. De ahí que un buen diagnóstico es vital”.
En este contexto, existen distintas herramientas, además de un equipo integral de especialistas, para diagnosticar y clasificar correctamente la fibrosis pulmonar. Entre ellas:
- Imagenología.
- Toma de biopsia no invasiva.
- Comité multidisciplinario integrado por:
- Broncopulmonares.
- Radiólogos.
- Patólogos.
- Inmunólogos.
- Traumatólogos.
- Reumatólogos.
“De esta forma, el diagnóstico de la enfermedad es mucho más preciso, lo que se traduce en un
tratamiento oportuno para prolongar la calidad de vida de los pacientes”, concluye la especialista.
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