Un hombre de 33 años buscó atención médica después de cinco
días de dolor en los testículos. Este resultó ser el último de una larga lista
de problemas en la zona genital. Durante los últimos dos años, había estado expulsando
gases en la orina (pneumaturia), orinando materia fecal (fecaluria) y
expulsando una «cantidad sustancial» de orina y semen por el recto.
Desde la publicación especializada IFL Science destacan que
el caso es tan raro y singular que ni siquiera
existe un término médico para catalogarlo.
Los médicos comprobar que desde mucho antes de que el
paciente buscara ayuda por el dolor en los testículos, los gases, líquidos y sólidos
no egresaban de su cuerpo por las aberturas por las que deberían hacerlo.
El equipo, que publicó su estudio del caso en la revista
Cureus, constató en primera instancia que el paciente tenía un testículo
hinchado. Los análisis de laboratorios mostraron signos de una infección del
tracto urinario, mientras que un examen rectal digital mostró signos de un
problema en la pared del recto.
Luego, una tomografía computarizada ofreció una visión mucho
más competa del problema
El escaneo mostró una «estructura llena de gas».
Otras pruebas confirmaron la presencia de una fístula abierta entre la uretra y
el recto, a través de la cual habían estado pasando los diversos líquidos y
sólidos. Además de reparar la fístula mediante cirugía, el equipo buscó las
posibles causas del problema, pero descartó algunas como tuberculosis,
enfermedad inflamatoria intestinal, traumatismo rectal o penetración.
Tras una mayor investigación, averiguaron que dos años
antes, momento aproximado al inicio de los síntomas, el hombre había estado en
coma de tres semanas a causa de una intoxicación por cocaína y fenciclidina
(PCP). Durante su estadía en el hospital se le colocó un catéter de Foley, instrumento
que probablemente se causó la lesión.
Afortunadamente, la triste historia tuvo final feliz, y tras
un nuevo procedimiento médico el paciente se recuperó por completo.
Los científicos aprovecharon la ocasión para recordar a la
comunidad médica la necesidad observar todas las precauciones en el uso de los
catéteres de Foley, instrumentos que son de relevancia terapéutica pero que deben
ser manejados con cuidado.
Si bien el paciente sanó sin secuelas, se le advirtió que en
caso de presentar síntomas similares a los que experimentó dos años antes, no espere
ni un minuto en acudir al consultorio médico.
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