Entre diez y trece proyectiles han impactado esta mañana en el interior de una base militar en Irak que alberga a tropas de EE.UU. y de otros países de la coalición internacional, como España. Según un medio iraní, helicópteros españoles estarían sobrevolando el área para evaluar el ataque, mientras que el ministerio de Defensa comunica desde Madrid que no ha habido que lamentar víctimas.
Desde Irak, la coalición transmitía de entrada no haber sufrido «daños significativos» ni haber sufrido ninguna baja. Sin embargo, luego se ha sabido que un empleado civil de la base -cuya nacionalidad no ha trascendido- habría muerto de un infarto a las pocas horas del bombardeo, que se produjo hacia las siete y media de la mañana, hora local.
El portavoz de la coalición ha expresado alarma, en cualquier caso, por el uso de proyectiles Grad, de fabricación iraní, más letales que los empleados hasta ahora en este tipo de ataques.
A dos días de la visita papal
La base de Ain al Asad es la misma que fue atacada masivamente por Irán hace un año en represalia por el asesinato de Soleimani
El lanzamiento se produjo a ocho kilómetros de la base multinacional, en Al Bagdadi, provincia de Anbar. La plataforma usada ya ha sido localizada. Aunque el ataque no sido aún reivindicado, parece ser una respuesta simétrica al ataque lanzado el viernes pasado por EE.UU. en el lado sirio de la frontera, contra instalaciones usadas por las milicias chiíes próximas a Irán e integradas en las Fuerzas Armadas Iraquíes.
Aunque la oposición islamista siria con sede en Inglaterra habló de hasta diecisiete muertos, el ejército estadounidense estimaba esta semana las bajas en un muerto y un herido. En cualquier caso, varias milicias iraquíes juraron venganza.
Se da la circunstancia de que la base atacada de Ain al Asad se encuentra exactamente a medio camino entra la frontera y Bagdad. Asimismo, es la misma que fue objetivo de una lluvia de misiles iraníes, hace un año, como represalia por el asesinato con dron del general iraní Qasem Soleimaní. EE.UU. tardó semanas en reconocer que docenas de soldados necesitaron tratamiento médico tras aquel ataque.
En esta ocasión, la escalada entre estadounidenses y milicias chiíes preocupa todavía más porque faltan apenas dos días para la histórica visita del Papa Francisco a Irak. Uno de sus momentos álgidos deberá ser, este sábado, el encuentro estrictamente privado con el gran ayatolá Al Sistani, guía espiritual de la mayoría chií de Irak.
Todo un contrapunto al encuentro que el papa ya tuvo en su día en Egipto con el gran referente del sunismo, el gran imán de Al-Azhar. De aquella cita salió un documento conjunto contra la discordia, que tantos propagan y de la que tantos viven en Irak y todo Oriente Medio.
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