Las unidades de críticos de los dos hospitales de Valladolid han doblegado al fin su particular ‘curva’ del coronavirus. La presión asistencial remite, pero muy lentamente, aunque Clínico y Río Hortega superen ya el pico de una tercera ola durísima que les ha llevado al límite durante algo más de dos semanas. Pese a ello, todavía necesitarán un par de meses para recuperar una cierta normalidad y eso, siempre y cuando la pandemia continúe bajo un relativo control y no se vuelva a entrar en otra fase de transmisión comunitaria del virus, como ocurrió tras las navidades, cuando el rebrote irrumpió sin que las UCI hubieran conseguido aún superar su segunda ola.
La experiencia que va dejando esta pandemia demuestra que las unidades de críticos de grandes hospitales como los vallisoletanos tardan entre dos y tres semanas en apreciar los efectos de una caída en los contagios. Primero se atisba en planta, generalmente a la semana o diez días de frenarse la expansión del virus mediante la ya consabida batería de medidas de contención, y la mejoría tarda el doble en llegar a las unidades de críticos.
En esas están estos días las dos UCI, la del Río Hortega y el Clínico, después de encadenar hasta doce días atendiendo cien o más covid y pulverizando, el pasado día 31 de enero, ese récord de los 103 casos simultáneos que llegó a haber los días 2 y 4 de abril, cuando parecía que aquello no podía empeorar mucho más…
Pero lo ha hecho en esta tercera ola que ha inundado de pacientes las UCI cuando aún no se había ido ni la mitad del ‘agua’ de la segunda. No hubo el margen de la primera ola, cuando las unidades de críticos llegaron prácticamente a vaciarse de coronavirus durante unos días de julio, sino que esta vez solo se llegó a bajar de los 87 del pico que se marcó el 19 de noviembre a los 37 covid que había a 7 de enero, cuando estaba en marcha ya una escalada que tocó techo el pasado 31 de enero con aquellos 107 covid simultáneos.
¿UNA CUARTA OLA?
Y si aquellos 103 de la primera ola necesitaron hasta dos meses para convertirse en una docena de críticos y los 87 de la segunda ola apenas bajaron a la mitad en el mes y medio que dio de margen la pandemia, ahora se espera un escenario similar, con lo que las UCI no recuperarían una cierta normalidad hasta finales de abril o incluso mayo, y siempre que no irrumpa la cada vez más temida cuarta ola a hombros de la Semana Santa.
En Castilla y León tienen claro que la situación en las unidades de críticos es clave de cara al alivio de las medidas de contención, «es un elemento importante de cara a una desescalada», tal y como advertía el jueves la consejera de Sanidad, Verónica Casado. «La tendencia de bajada de incidencia e ingresados en planta es similar, pero en las UCI no se da esa velocidad de bajada, porque aquí la mayor parte de las personas que están en una UCI necesitan 21 días para salir», decía Casado, quien avisaba, además, que «entrar en una UCI ahora es muy fácil, pero salir es muy difícil», pues «hay pacientes que necesitan meses».
En este momento hay 94 covid en las unidades de críticos, doce por debajo del pico del pasado 31 de enero, pero, tal y como recordaba este jueves la propia consejera de Sanidad, «siguen siendo cifras que detienen la actividad normal de los hospitales», números elevados de ingresados en las unidades UCI que «alteran toda la organización de los hospitales y que provoca que haya víctimas no-covid a consecuencia de esta situación», según recordaba Casado, quien señalaba que las unidades de críticos continúan operando con muchas más camas de las marcadas en su capacidad estructural.
POR ENCIMA DE SU CAPACIDAD
Lo llamativo de esta tercera ola en las unidades de críticos ha sido lo mucho que se han mantenido en tasas muy elevadas de ingresados, encadenando hasta dos semanas por encima de los 90 pacientes, que es la capacidad convencional de las áreas de críticos según determina la Consejería de Sanidad. Los datos de Sacyl asignan 57 puestos UCI al Clínico y 33 al Río Hortega, cifras en las que no solo se incluyen las UVI y sus ampliaciones, sino que también recogen camas de la REA, por ejemplo. Además, los equipos sanitarios recuerdan que las áreas de críticos se pueden extender, en efecto, pero no el personal que las atienden.
Unas ampliaciones con las que el Clínico ha llegado a tener hasta 100 puestos UCI, si bien la mayor parte de los días Sanidad anotaba 96 camas habilitadas en el HCUV, que, en todo caso, suponen un 68% más de las 57 establecidas en su capacidad convencional. En el peor día de la tercera ola para este centro hospitalario, el pasado 1 de febrero, los equipos de intensivistas y anestesiólogos llegaron a atender a 82 pacientes de forma simultánea, de los que 48 eran contagiados del SARS-CoV-2.
Peor han ido las cosas en el Río Hortega, donde se han llegado a ocupar todas las camas UCI en dos ocasiones, el 1 y el 8 de febrero. Las 63 habilitadas (un 90% más de las 33 de su capacidad estructural) estaban llenas y, además, se estaba trabajando con un porcentaje de coronavirus muy elevado, con un pico de hasta 56 covid en las áreas de críticos del HURH.
En esta misma línea, las fuentes consultadas por este periódico apuntan que el papel del HURH en esta tercera ola ha sido distinto, al haber sido designado como centro de referencia para tratamiento con técnica ECMO, «al comprobarse el buen resultado en críticos covid». Esto ha provocado un incremento de las derivaciones desde otros centros de Castilla y León que, en líneas generales, se mueve en la franja del 20% en el caso de las dos unidades de críticos de Valladolid.
La técnica ECMO es una especie de «sistema de diálisis que extrae y oxigena la sangre del paciente para sustituir la labor de los pulmones», según explican desde Sacyl. Está indicada ante un fallo respiratorio agudo, «en aquellos pacientes que no responden a otras técnicas más habituales, y persiste el problema de oxigenación de la sangre o un aumento del CO2 debido a que sus pulmones no funcionan de forma adecuada», detallan estas mismas fuentes, de modo que «permite que los pulmones descansen para así poder recuperarse del daño causado por una enfermedad».
19 DESPLAZADOS
La aplicación de la técnica ECMO está detrás de una gran parte de las derivaciones que acoge el Río Hortega, que en la actualidad atiende a cuatro covid procedentes de otras áreas de salud, mientras que el Clínico asume otros 15 desplazados, para llegar a ese 20% de críticos covid llegados de otras zonas.
La exigencia de estas semanas sobre las unidades de críticos ha obligado a la suspensión casi total de toda la actividad quirúrgica. En el Clínico se mantienen operativos dos quirófanos para las urgencias, mientras que el Río Hortega lleva con uno desde hace casi un mes. Los dos trabajan con entre tres y cuatro quirófanos concertados en centros privados para dar salida a las operaciones prioritarias.
200 INGRESADOS
La ‘curva’ lleva ya un par de semanas doblegada en las plantas de los hospitales, aunque baja a un ritmo mucho menor que suele hacerlo, por ejemplo, la de contagios, que se desploma a la que se implantan las restricciones. Valladolid se aproxima ya de la barrera de los 200 ingresados, sin contar el medio centenar que aún hay en el viejo Río Hortega, convertido en algo así como un hospital de pandemias de ámbito regional y en el que más de la mitad de los covid ingresados son de otras provincias.
La presión asistencial en planta de Río Hortega, Clínico y Comarcal de Medina del Campo se mitiga y ahora hay casi la mitad de covid hospitalizados que a finales del mes de enero, cuando se anotó el pico de esta tercera ola al llegar a 435 ingresados. La experiencia de las dos olas anteriores apunta a que aún se necesitará más de un mes en esta tendencia para recuperar una cierta normalidad.
Crédito: Enlace fuente
Discussion about this post