La muerte de una mujer por una supuesta mala praxis tras una ligadura de trompas durante una cesárea generó conmoción en Mendoza y muchos interrogantes en torno a esta práctica. Según datos del Ministerio de Salud, en lo que va del año, se realizaron 1.073 procedimientos, frente a los 1.689 del 2019.
Miriam Ferreyra coordinadora del Programa Provincial de Salud Sexual y Reproductiva, aseguró que esos datos son alentadores teniendo en cuenta que la emergencia sanitaria que limitó la cantidad de cirugías programadas.
“Los riesgos no vienen asociados a la técnica en sí, sino a las complicaciones que podrían presentarse en cualquier intervención quirúrgica”, explicó Ferreyra.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el procedimiento anticonceptivo más usado a nivel mundial por su alta tasa de efectividad (99,5%).
Rápida, gratuita y eficaz
La ligadura tubaria (LT) es un método anticonceptivo permanente, que consiste en la oclusión (mediante la ligadura, sección u obstrucción) bilateral de las trompas de falopio, con el fin de evitar que los óvulos liberados por los ovarios puedan desplazarse a través de las trompas y entren en contacto con los espermatozoides. No protege del VIH/Sida ni de otras infecciones de transmisión sexual.
Los ginecólogos consultados coincidieron en destacar que la cirugía es sencilla y el métod es eficaz. Requiere una internación mínima de 24 horas y no superior a las 48 y en general, se debe esperar entre 1 y 2 semanas para tener relaciones sexuales después de la esterilización.
“Se trata de una decisión que se toma en forma autónoma y sólo requiere el consentimiento informado de la paciente”, aclaró Ferreyra e indicó que a partir de 2006, la ley 26.130 de Anticoncepción Quirúrgica garantiza el acceso a la ligadura tubaria y a la vasectomía como un derecho de todas las personas.
En este sentido, todos los efectores de salud deben garantizar esta intervención y debe ser incluida en las consejerías en salud sexual y salud reproductiva.
No hace falta el consentimiento de la pareja ni de ningún tercero, ni tampoco haber tenido hijos. Además, el Código Civil vigente reconoce que desde los 16 años las personas pueden tomar de manera autónoma todas las decisiones sobre el cuidado de su cuerpo.
Cómo es la cirugía
El procedimiento es realizado por un profesional calificado, en un quirófano, y requiere anestesia total o peridural. “Debe efectuarse en cualquier momento siempre y cuando se asegure que la persona no esté embarazada”, detallaron.
Asimismo, “también puede realizarse asociada a un evento obstétrico, ya sea durante una cesárea, dentro de las primeras cuarenta y ocho horas posteriores al parto o después de una pérdida de embarazo o aborto”, según un documento de anticoncepción quirúrgica elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación.
De acuerdo con las posibilidades del centro que efectuará la práctica, las vías de abordaje son dos. Puede utilizarse la mini laparotomía (a través de una pequeña incisión suprapúbica transversal) o una laparoscopia (a través de dos o tres mínimas incisiones, siendo en general una en el ombligo y las otras en la parte inferior lateral del abdomen, por las que se introduce una lente que posibilita ver dentro del mismo y las pinzas que se utilizarán para bloquear o seccionar las trompas).
“Mi sexualidad es la gloria”
Mariela tiene 38 años y tres hijos sostiene que luego de la intervención su vida sexual es más plena.
Cuando se enteró que estaba esperando a su tercer hijo decidió “cerrar la fábrica” y consultó con su ginecólogo quien le informó que debía estar segura la decisión porque la cirugía para revertir la ligadura tubaria es difícil. Es por eso que si quería lograr un embarazo después debía practicarse técnicas de fertilización asistida.
“La cesárea fue el 18 de marzo en una clínica privada, sacaron a la beba y después de eso, demoraron unos 15 minutos. Luego, tuve sangrado por dos o tres días. Lo cierto es que me dolieron los puntos de la cesárea. De la ligadura no sentí nada”, recordó.
La mujer destacó: “Ahora mi sexualidad es la gloria. Nunca me sentí tan tranquila”. En tanto su ritmo hormonal cambió con menstruaciones más cortas.
Ferreyra coincidió que “una mujer cuyo deseo era no tener más hijos va a disfrutar el sexo libremente si temor a volver a quedar embarazada”.
Asimismo concluyó diciendo que la mayoría de las personas que eligen realizarse la anticoncepción quirúrgica no se arrepienten de su decisión cuando han recibido una adecuada consejería.
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