trajo la pandemia en marzo fue el uso obligatorio de la mascarilla para evitar la propagación del virus. Un complemento que por entonces era escaso, dado que las redes de producción y distribución no estaban preparadas para atender tal demanda de forma repentina. Este problema hizo que gobiernos de todos los países se las ingeniaran para comprar grandes lotes allá donde encontraban vendedores. Del mismo modo, muchos ciudadanos se pusieron manos a la obra para fabricar sus propias mascarillas y ayudar, en la medida de sus posibilidades.
En la actualidad este mercado ya se ha normalizado y toda la población tiene acceso a mascarillas a un precio mucho más económico que hace medio año. De hecho, los distribuidores han aplicado en las últimas semanas importantes descuentos que han hecho que el coste se reduzca a la mitad en el caso de las farmacias y a más del 300 por ciento en los supermercados.
¿Por qué se ha producido este fenómeno? Básicamente, porque los proveedores han podido ofrecer con el paso del tiempo un mejor precio a los distribuidores. Un buen ejemplo de esta tendencia es la cadena de supermercados Día. La semana pasada rebajó su paquete de diez mascarillas quirúrgicas de seis a 2,10 euros. Es decir, 21 céntimos cada unidad. Lo mismo hizo recientemente Mercadona, al abaratar de cinco a tres euros el paquete de diez. Y esta misma semana, en el centro comercial Carrefour, se podían adquirir cajas de 50 unidades por 10,99 euros. Es decir, a 0,22 euros cada una. Un poco más caras son en El Corte Inglés, donde el paquete de 50 higiénicas cuesta 27,24 euros; el paquete de cinco higiénicas infantiles, 2,25 euros; y el de diez FFP2, «homologadas por la CE», 24,95 euros.
También en las farmacias se ha notado esta tendencia, aunque no de forma tan brusca. Por ejemplo, en la de la avenida de Gijón llegaron a venderse a 1,50 euros al principio de la pandemia, es decir, antes de que el Gobierno fijase su precio máximo por unidad en 0,96, en el mes de abril. Ahora se venden a 0,50 euros. Lo mismo sucedió con las mascarillas FPP2, que llegaron a estar a seis euros y ahora esta farmacia las vende a dos.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, Alejandro García, confirma la importante bajada del precio de los proveedores. De hecho, cada día llegan a las farmacias decenas de ofertas, algunas con un precio inusualmente bajo. Ante la sospecha de que sean mascarillas que no cumplen con las certificaciones y estándares de calidad, García asegura que él sigue adquiriendo estos productos por los canales habituales, que, aunque son un poco más caros, ofrecen garantía de que esa mascarilla cumple con los estándares de seguridad. Desde la farmacia Teatro Calderón, en la calle Angustias, confirman esta ‘avalancha’ de ofertas, si bien aquí también se decantan por pagar un poco más y recurrir a proveedores seguros. «Cada cierto tiempo nos envían un listado con las mascarillas que no cumplen con la normativa y para la gente sería muy frustrante adquirir una y ver que luego no vale», explican. No es solo una cuestión económica. Es una cuestión de confianza, puesto que las farmacias saben que buena parte de sus clientes deciden comprarlas ahí, aunque sean un poco más caras, porque saben que las mascarillas cumplen con la normativa y, por lo tanto, garantizar un mínimo nivel de protección.
¿Significa esto que las que venden en otros negocios no son seguras? No necesariamente, pero las garantías no son las mismas. «Las farmacias son las únicas que te garantizan todas las certificaciones», explica el presidente del Colegio.
Conocer la información. Y para evitar comprar un producto que no sea adecuado, no hay otra arma que la información. El Ministerio de Consumo elaboró una guía en la que se especifica todo lo que tienen que tener en cuenta los compradores. Por ejemplo, en el etiquetado de las higiénicas debería reflejarse las especificaciones técnicas que se cumplen. Las ideales son las UNE 0064 y 0065, pero pueden venir otras cuando las mascarillas no cumplen esos estándares de calidad o se han sometido a ensayos en base a otras normas. Si en el envase no hay especificaciones, es que la mascarilla no se ha sometido a ningún ensayo.
La guía también indica que en las mascarillas quirúrgicas hay que comprobar que viene el símbolo de certificado europeo, la referencia a la norma UNE EN 14683, que garantiza su calidad y si es de tipo I o de tipo II, algo que viene definido por su eficacia de filtración.
En el caso de las mascarillas que se consideran Equipo de Protección Individual (EPI), hay de tres tipos: FPP1, FPP2 y FPP3, según sea el grado de protección. A la hora de comprarlas que hay comprobar que en el envase viene el símbolo de certificado europeo, la referencia al cumplimiento de la norma UNE EN-149, el marcaje NR y R para informar de si son o no son reutilizables, así como el tipo de mascarilla (FFP1, FPP2 o FPP3) y el filtro (P1, P2 o P3).
Estas mascarillas, que se venden mucho menos que las anteriores, también han bajado sustancialmente de precio. Por ejemplo, en la farmacia de la calle Soto llegaron a estar a 7,90 euros y ahora se venden a 2,75 si se compran 20 a la vez. En la farmacia María José Ayuso Peña también han bajado de cinco a 2,5 euros.
El último tipo de mascarillas más utilizadas son las de tela, cuya horquilla de precios es más amplia. Desde unos pocos euros hasta las de las marcas de alta costura, que tienen modelos de 200 euros.
Saber lo que se compra. La abismal diferencia de precio que hay entre unas mascarillas y otras, que aparentemente son iguales, suele estar en su calidad. Por ejemplo, no es lo mismo una mascarilla higiénica que una quirúrgica, aunque parezcan iguales. La primera debe tener un índice de respirabilidad menor de 60 pascales por centímetro cuadrado y la segunda, más indicada para sanitarios, de 29,4.
García reconoce que hay en el mercado mascarillas que no cumplen con la calidad necesaria para cumplir su función. «Llevarla puesta no te garantiza que no te vayas a contagiar, pero tienes un 95 por ciento menos de posibilidades que una persona que no la lleva, así que es lo suficientemente importante como para ponérsela», explica. El farmacéutico también incide en la importancia de utilizarlas de forma adecuada. Es decir, evitar tocarlas en exceso, siempre con las manos lavadas y colocarlas de forma adecuada.
Preguntas y respuestas
¿Qué mascarilla es la más adecuada?
Según la guía ‘¿Qué debes tener en cuenta
al comprar una mascarilla?’, editada por el Ministerio de Consumo, las mascarillas higiénicas son las más apropiadas para personas sanas, mientras que las enfermas, ya sean sintomáticas o asintomáticas, deben elegir las quirúrgicas. Por otro lado, las mascarillas EPI son las más apropiadas para las personas que están en contacto con personas contagiadas, como los sanitarios.
¿Cuál deben usar los niños?
Existen tres tallas de mascarillas higiénicas, acordes a cada edad, entre los tres y los doce años. Los niños deben usar la que corresponda y los padres deben supervisar que lo hacen de forma correcta. Si el menor ha dado positivo, debe utilizar una mascarilla quirúrgica con especificación UNE.
¿Cuántos tipos de mascarilla hay?
Según el Ministerio de Consumo, las mascarillas se pueden dividir en higiénicas, quirúrgicas, equipo de protección individual (EPI) y otras mascarillas comerciales, como las de tela. Las dos primeras son, con mucha diferencia, las más vendidas.
¿Cuánto duran?
Lo recomendable es no utilizar la misma mascarilla durante más de cuatro horas, tanto en las higiénicas, quirúrgicas como en las EPI. Y si se deteriora o se humedece, hay que cambiarla antes. Las no reutilizables deben ser eliminadas después de su uso. En el caso de las reutilizables, el fabricante debe indicar el número máximo de lavados. Después, no se garantiza su eficacia.
¿Dónde se pueden comprar?
Actualmente se venden en establecimientos muy variados. Desde farmacias hasta tiendas de ropa, pasando por bazares, pero Consumo especifica que solo las farmacias pueden vender las quirúrgicas individualmente sin envasar y «deben suministrarse en un formato que garantice su protección frente a la contaminación antes de su uso».
¿Qué hay que mirar en el etiquetado?
En las quirúrgicas, lo ideal es que cumplan las especificaciones UNE 0064 o 0065, aunque puede haber otras especificaciones si han sido sometidas a otros ensayos, pero, en ese caso, el producto no garantiza estar bajo los estándares de calidad UNE. Si no tiene especificaciones, es que no se ha sometido a ensayos. En el caso de las quirúrgicas, debe figurar si son de tipo I o II, en función de su eficacia de filtración. La marca Certificado Europeo (CE) indica que la mascarilla cumple con la legislación y la referencia a la norma UNE EN 14683 asegura el cumplimiento de un estándar de calidad. En el caso de las EPI, debe explicar si es FPP1, FPP2 o FPP3 y si es P1, P2 o P3 (tipo de filtro contra partículas). El marcado CE, seguido de cuatro números, asegura que el producto cumple con la legislación y la referencia a la norma UNE EN-149 asegura el cumplimiento de un estándar de calidad. Por último, el marcaje NR avisa de que no es reutilizable, y el R, que sí que lo es.
¿Cómo ponerla?
Es necesario lavarse las manos entre 40 y 60 segundos antes de manipularla e intentar tocar solo las gomas. Hay que cubrir la nariz y procurar que no queden grandes huecos entre la cara y la mascarilla, ajustando el alambre. Mientras se lleva puesta hay que intentar, en la medida de lo posible, tocar la parte exterior.
¿Protegen las que no tienen garantía UNE?
Que no tenga esta referencia no significa que no proteja, porque algunas siguen otras normas y ensayos.
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