Para su diagnóstico temprano se cuenta con una prueba de tamizaje llamada mamografía, una radiografía de los senos que se toma cada dos años, a partir de los 50 años de edad, y su fortaleza radica en la capacidad que tiene para detectar la enfermedad dos a tres años antes que empiecen a aparecer los tumores, lo que aumenta las probabilidades de curación. Además, tiene exámenes complementarios como son la ecografía y la resonancia magnética, que ayudan al especialista a descartar o confirmar la enfermedad.
El desconocimiento y miedo pueden ser mortales
La educación también es un arma importante en la lucha contra el cáncer de seno o mama. Desafortunadamente existen muchos mitos, creencias y percepciones asociados a esta enfermedad que no cuentan con sustentos científicos y que generan preocupaciones innecesarias o diagnósticos tardíos por:
– La falsa percepción de no tener riesgos o creer que no es útil realizarse la mamografía.
– Temor o miedo del resultado, por lo tanto, evitar la toma de la mamografía.
– El aumento del estigma relacionado con el cáncer y la discriminación hacia las personas diagnosticadas.
Tener información de buena calidad sobre el cáncer de seno mejora la sobrevida y disminuye la probabilidad de presentar complicaciones, que pueden ser evitadas a través del reconocimiento temprano de sus signos y síntomas, de las pruebas gratuitas que existen para su detección, del diagnóstico, tratamiento y pronóstico. Así que, ante cualquier inquietud, consulte siempre al médico de su IPS.
Cuántas decisiones ha tomado en su vida con base en lo que otros le cuentan o en lo que escucha por ahí… No deje pasar la oportunidad que día a día tiene para cuidarse; viva su propia experiencia, es la invitación de Asmet Salud.
Prevenir el cáncer de mama o de seno es posible. Practíquese cese la mamografía.
Para más información visite www.asmetsalud.com y “¡Ponle el pecho a la vida!”.
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