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De acuerdo a la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud, el número de vasectomías realizadas en todo el país se multiplicó por 12 entre los años 2015 y 2019, incrementándose de 56 procedimientos anuales a 683.
Pero, ¿en qué consiste la intervención? La vasectomía es la ligadura quirúrgica de los conductos deferentes, que llevan los espermatozoides en el momento del eyaculado, para unirse con el líquido seminal que es producido por las vesículas seminales, para formar el semen en la uretra y de ahí ser expulsado a través del eyaculado.
Al respecto, el doctor Omar Layus, médico andrólogo de WeFIV, explica que “es un procedimiento que se hace con anestesia, puede ser anestesia local o una sedación más anestesia local. Existen diferentes técnicas, lo que se denomina vasectomía convencional o vasectomía sin bisturí, descripta en el año 1974. La que más se usa es la vasectomía convencional y en algunos centros se realiza la vasectomía sin bisturí, que tiene una menor incisión y tiene una recuperación más rápida”.
Asimismo, el especialista aclara que “el paciente va a eyacular el mismo volumen que anteriormente a la vasectomía, solamente que no va a tener presencia de espermatozoides. Uno de los miedos/tabúes es no eyacular y en este caso, la eyaculación no está comprometida con la vasectomía. Lo único que no van a aparecer son los espermatozoides en el eyaculado, la erección y todas las demás funciones sexuales no se ven comprometidas”.
Ambulatoria y reversible
El doctor Layus comenta que, a su vez, esta ubicación de la vasectomía que se realiza a nivel escrotal, también contempla un porcentaje de pacientes que van a querer revertir la vasectomía. “Este es un procedimiento quirúrgico que se realiza bajo un microscopio, es una microcirugía, en la cual se remueve el lugar del corte deferente y se vuelven a unir ambos cabos de este conducto para realizar la permeabilidad del pasaje de los espermatozoides a la uretra. Tiene entre un 75 y 85% de porcentaje de éxito. Dura 2 horas y media y se realiza con anestesia general”, indica el especialista de WeFIV.
En caso de que el paciente se arrepienta o quiera volver a tener hijos, o hacer un tratamiento para lograrlo, puede hacer una biopsia testicular, con recuperación espermática a nivel de un procedimiento quirúrgico en el testículo a través de una pequeña incisión, y se obtienen espermatozoides que pueden utilizarse con una técnica de reproducción asistida.
“También –agrega Layus- algunos pacientes deciden criopreservar semen antes de realizarse la vasectomía. Con el congelamiento de una o dos muestras previo a la operación se aseguran que no deberán operarse en el futuro si quieren ser padres”.
Incremento de los casos
El notable incremento en la cantidad de procedimientos se debe, sin dudas, a un cambio de mentalidad: En los últimos años, cada vez es mayor “el entendimiento masculino de la participación en la anticoncepción, la cual ya no es atribuida únicamente a la parte femenina, sino que los hombres también se hacen responsables de la anticoncepción y disminuir el impacto de anticonceptivos orales en la mujer, o el uso del diu, o el uso de preservativo en parejas estables”, comenta el doctor Layus, que inmediatamente aclara que “siempre priorizamos el uso de preservativo como prevención de enfermedades de transmisión sexual”.
Finalmente, el especialista concluye que “la vasectomía influye muy positivamente en la mente del varón, se relaja ya que la posibilidad del embarazo es nula, entonces la sexualidad se vive con una tranquilidad muy positiva. El impacto en la salud en general y en la salud sexual es muy bueno”.
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