No conseguir bien los objetos cuando están cerca. Si nos pasa esto y hemos perdido gradualmente esa capacidad, hablamos de presbicia, un término que proviene del griego y que significa “ojo viejo”.
Según la Academia Americana de Oftalmología (AAO), la presbicia empezar a aparecer a partir de los 40 años. Una buena manera para darnos cuenta o sospechar de ella: tener que alejar algún texto que estemos leyendo, porque así conseguimos verlo mejor.
El cristalino: menos suave y flexible
Lo entenderemos mejor, si comprendemos el funcionamiento del ojo. El cristalino transparente se apoya en el interior del ojo, detrás del iris de color. Este cambia de forma para enfocar la luz sobre la retina para que usted pueda ver. En la juventud, el cristalino es suave y flexible, de manera que facilita la observación tanto de lejos como de cerca. Con el paso del tiempo y cuando cumplimos años, el cristalino se vuelve más rígido y no puede cambiar de forma fácilmente.
No podemos detener la presbicia. Sin embargo, puede corregirse con gafas, lentes de contacto o cirugía. Y es mejor corregirla. De lo contrario, puede causar otros dolores o molestias, como fatiga ocular y dolores de cabeza.
Soluciones ante la presbicia
La mayoría de pacientes recurren a las gafas como solución ante la presbicia. Sin embargo, existen técnicas quirúrgicas muy efectivas para tratarla que pueden mejorar la calidad de vida. “Muchas desconocen que la presbicia se puede operar», señalan desde Clínica Baviera a Europa Press.
Estos especialistas explican que existen diferentes técnicas quirúrgicas para corregir la presbicia que se llevan realizando desde hace más de dos décadas, por tanto, son procedimientos muy experimentados.
Hoy en día, indican desde Clínica Baviera, la solución la más habitual es la colocación de una lente intraocular multifocal de última generación con la que se sustituye al cristalino envejecido y que podrá restaurar la visión a diferentes distancias.
Según estos especialistas, la intervención no necesita una preparación compleja. Sí es necesario, como no podría ser de otra manera, una la primera consulta preoperatoria. El paciente se tendrá que realizar un estudio oftalmológico completo en el que el especialista confirmará que el paciente es candidato a la operación y qué técnica es la más adecuada.
Adiós a las cataratas
Si el paciente y el especialista se decantan por esta solución, pueden beneficiarse de otra ventaja. En la intervención, se pueden corregir otros defectos visuales. «Gracias a esta operación, y a que las lentes intraoculares son totalmente personalizadas, se pueden corregir otros problemas visuales asociados y presentes en el paciente, como la miopía, la hipermetropía y/o el astigmatismo», explican a Europa Press.
Además, con la retirada del cristalino envejecido, este no podría volver a opacificarse, por lo que se prevendrían futuras apariciones de cataratas, en el caso de que no las hubiese previamente.
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.
Lee también
Lee también
Lee también
Crédito: Enlace fuente
Discussion about this post