(CRHoy.com)- La Doctora Melissa granados Zamora, microbióloga costarricense, lideró una investigación que podría representar una gran ayuda para los niños y niñas que han sufrido leucemia.
La especialista, en conjunto con otras 6 investigadoras del Hospital Nacional de Niños (HNN), lograron identificar una alteración genética que aumentaría las probabilidades de los pacientes menores dados de alta de recaer en la enfermedad en un futuro.
El descubrimiento de Zamora y las otras especialistas es hoy una de las principales herramientas utilizadas en el centro médico para la clasificación de los pequeños pacientes, con el fin de hacer todo lo posible para evitar que una vez recuperados, el padecimiento regrese.
“Los pacientes con la alteración tenían un pronóstico muy malo en comparación con los pacientes que no la poseían. Bajo los esquemas actuales de quimioterapia que tenemos en el Hospital Nacional de Niños, que son muy buenos, teníamos que ofrecerles a esos pacientes otra alternativa terapéutica diferente para intentar aminorar ese factor pronóstico negativo y ese fue el principal logro del trabajo con Melissa”, destacó el doctor Carlos Santamaría Quesada, jefe del Laboratorio de Diagnóstico Molecular del Hospital Nacional de Niños, quien dirigió la investigación de las expertas.
La revista Journal of Pediatric Hematology Oncoly, especializada en abordar temas relacionados con la oncoligía médica pediátrica, destacó la investigación hecha por Zamora que fue producto de 42 meses de trabajo continuo.
“Para mí, este logro significa poder devolverle a la población costarricense desde mi formación en la UCR y la entrega que observo en los trabajadores de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), siento que como investigadora en el área de salud es un privilegio poder aportar, de alguna manera, a una mejor atención de los pacientes”, manifestó la Dra. Granados.
Gen identificado en Costa Rica
El gen en el cual se encuentra la alteración se llama IKZF1 y fue descubierto por el científico Charles G. Mullighan en el año 2009.
Mullighan y otros 28 especialistas encontraron que dicha alteración genética se asociaba directamente a la producción de células B “defectuosas”. El colegas encontraron que la alteración genética del IKZF1 se asociaba a la producción de células B “muy pobres”; es decir, defectuosas.
Cualquier tipo de cáncer se suele generar precisamente por la proliferación de células anormales. En el caso de la leucemia linfocítica aguda es precisamente por las células B.
Las células B sanas son las encargadas de combatir las infecciones de cualquier agente patógeno pero, si las células madre que las producen tienen defectos, pueden convertirse en células cancerígenas.
El interés de la doctora Zamora y las otras investigadoras era determinar si en Costa Rica estaba presente este gen y si estaba, qué tanto influía a que los menores costarricenses diagnosticados con LLA-B recayeran por la enfermedad.
“Los pacientes con este tipo de leucemia tienen células que no maduran adecuadamente. Las células, en vez de evolucionar hacia linfocitos B normales, tienen marcadores de otras líneas que no deberían de tener. Al final, el linfocito B no es normal sino uno aberrante. Justo por eso a este cáncer, en específico, se le denomina leucemia linfocítica aguda del tipo B (LLA-B)”, amplió la especialista.
Así, del 2011 al 2018 se inició un estudio en el cual se le dio seguimiento a 155 pacientes válidos en el Hospital Nacional de Niños tratados con un protocolo modificado llamado Berlin-Frankfurt-Münster (BFM) y que fueron diagnosticados del 2011 al 2014.
Dichas pruebas dieron paso para obtener la respuesta final que tanto se buscaba: la alteración sí está presente en el país y, en efecto, aumenta las posibilidades de que los pacientes recaigan.
“La investigación nace a raíz de la problemática que estábamos enfrentando con nuestros pacientes pediátricos diagnosticados con leucemia linfocítica aguda B, cuyo porcentaje de recaída era alto. A nivel internacional, esas recaídas empezaron a disminuir y los niños comenzaron a tener una mejor sobrevivida gracias al hallazgo de nuevas alteraciones genéticas. Por eso decidimos tomar esa alteración ya reportada y ver si se reflejaba en nuestra población”, comentó la Dra. Granados.
De acuerdo con el Dr. Carlos Santamaría, gracias a esta investigación el HNN aplica de manera formal la prueba molecular para mejorar el factor pronóstico.
“El impacto en los pacientes es evidente. Ya sabemos que cuando viene un paciente cuyas condiciones clínicas es una leucemia estándar, que será tratado con quimioterapia estándar y sale este marcador, uno le dice al médico: esto puede ir mal; el niño puede necesitar una quimioterapia más intensiva”, indicó el Dr. Santamaría.
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