Un estudio publicado en la revista Biological Psychiatry sugiere que la proteína CPEB4 tiene una función reguladora similar en el gen de susceptibilidad a la esquizofrenia.
Cabe recordar que esta grave enfermedad mental afecta a casi el 1% de la población adulta y provoca alteraciones en el pensamiento y la cognición. Estos hallazgos sugieren que las terapias que modulan CPEB4 pueden mejorar los efectos beneficiosos de los fármacos antipsicóticos actuales sobre el desarrollo de la esquizofrenia.
La proteína CPEB4 regula la expresión de muchos genes necesarios para la actividad neuronal. En 2018, un equipo liderado por el investigador del CBMSO y CIBERNED José Javier Lucas demostró que CPEB4 juega un papel patogénico importante en los trastornos del espectro autista (TEA). El trabajo, publicado en la revista Nature, fue posible gracias al análisis post-mortem de muestras de cerebro de personas con autismo, lo que les permitió probar si la proteína estaba alterada en una gran proporción de personas con autismo. Además, demostraron que los cambios descritos anteriormente reducen la expresión de muchos genes de riesgo de autismo.
El desarrollo de la esquizofrenia
Se observaron cambios en CPEB4 solo en sujetos que no estaban tomando antipsicóticos en el momento de la muerte. Esto sugiere que los efectos beneficiosos de los antipsicóticos pueden deberse en parte a su capacidad para corregir cambios en la proteína CPEB4. Por otro lado, no todos los pacientes esquizofrénicos responden de la misma forma a los antipsicóticos. “Por esta razón, estamos colaborando con otros grupos para explorar estrategias moleculares que puedan corregir los cambios de CPEB4 en neuronas cultivadas, con la esperanza de que en el futuro puedan combinarse con fármacos antipsicóticos para potenciar sus efectos beneficiosos”, dijo Lucas.
Cabe recordar que la evidencia genética y epidemiológica sugiere que el desarrollo de la esquizofrenia es el resultado de factores de riesgo genéticos y ambientales. Alteran el desarrollo adecuado del cerebro y cómo interactúan los dos. En los últimos años, nuevas técnicas genómicas han identificado cientos de genes de susceptibilidad a la esquizofrenia, investigando sus orígenes genéticos. Sin embargo, cada variante de riesgo en estos genes aumenta ligeramente el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Los investigadores destacan cómo esto ha llevado a la importancia de estudiar proteínas que regulan simultáneamente la expresión de múltiples genes de susceptibilidad a la esquizofrenia. Todo esto fue independiente de si estos genes estaban alterados en los individuos afectados.
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