Al término de un año difícil, o de verdaderos David y Goliat, la reconocida artista visual Adela María Suárez reunió más de 20 trabajos en lienzos y cartulinas, y los expuso para homenajear a Martí. Ese tributo al que nos tiene acostumbrados esta autora, la hace la maestra por excelencia de la representación martiana en el territorio. Inaugurada en la sala de exposiciones de la Biblioteca Provincial Martí, permanecerá allí hasta febrero, auspiciada por el Consejo Provincial de las Artes Visuales.
La exposición llevó por título la frase con que el poeta José Lezama Lima intentara definir al Apóstol: «Ese misterio que nos acompaña». Y parece ser ese el mejor enunciado para explicar la recurrencia a su imagen en el circuito expositivo de la ciudad en los últimos meses y, además, el que mejor resume su dimensión simbólica para todos los cubanos.
Dípticos, trípticos, series y obras independientes exponen a las miradas el fértil talento de Adela, puesto a prueba durante el «silencio» de los largos meses de confinamiento del año 2020. Una exposición cautivante, suscrita por una creadora dada a interpretar las claves de un arte sublime, cifrado en la belleza del cuadro tradicional. Pues, al remitirnos a ese misterio persistente se está tejiendo también una metáfora del propio misterio del arte, en una percepción del reino de la imagen en perenne nacimiento.
El acercamiento de Adela a Martí hace gala de una riqueza considerable de tratamientos que abarcan desde la representación convencional hasta su elipsis ―donde puede incluso rozarse la abstracción―, para evocar atributos mediante la composición o los textos de la escritura martiana incorporados en la obra.
Para quien, en criterio extendido, ha tenido al paisaje como gran tema de su trayectoria, es fácil aproximarnos a Cuba a través de una invitación a degustar los claros del monte insular. Allí tienen su espacio el retrato o la figura humana, la escena o algún detalle realzado de la naturaleza. Desde allí emerge la fuerza barroca de las composiciones de Adela, trabajadas con todos los colores de su paleta y también con el recurso técnico de la transparencia con que funde hombre y universo.
Es la misma transparencia que una vez llevó a Carlos Enríquez a tomar los paisajes de estas tierras para convertirlos en una metáfora de la fuerza erótica criolla; y en la que se ejercitó luego también Zaida del Río, de quien Adela fuera maestra, en su universo igual de fecundante.
En Ese misterio que nos acompaña emerge ese Martí idealizado, porque a sus ya más de 80 años esta artista lo ha comprendido antes como fuerza de la tierra, como la patria, como Cuba; o lo ha sentido como caos y armonía restituida en un ciclo natural, o como gigante inasible… tan indefinible y persistente como lo vio Lezama.
NOTA DE PRENSA
Ese misterio que nos acompaña, la frase con que José Lezama Lima «definiera» a José Martí, es también el título de la más reciente exposición personal de la reconocida artista visual Adela María Suárez. La exposición, conformada por obras en pintura, en la técnica de acrílico sobre lienzo y sobre cartulina, trata desde una óptica personal la figura del Maestro a través del retrato, el paisaje y los textos, y estará abierta al público en la sala de exposiciones de la Biblioteca Provincial Martí hasta el mes de febrero de 2021, bajo el auspicio del Consejo Provincial de Artes Visuales.
Crédito: Enlace fuente
Discussion about this post