Canarias tiene un número y una casuística de cáncer de mama a la altura de las regiones más pobladas del país. El jefe de la Unidad de Patología Mamaria del servicio de Ginecología del Hospital Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), José Antonio Cortell, lanza un mensaje a sus compañeros de Atención Primaria para “acortar los tiempos” y que las pacientes lleguen lo antes posible a los hospitales para minimizar las cirugías traumatizantes y los daños físicos y psicológicos que suponen en el Día Mundial del Cáncer de Mama.
“Notamos que cada vez llegan más mujeres con menos de 45 años, cuando la edad de incidencia mayor era de 50 a 70, por las campañas de sensibilización del diagnostico precoz. El esfuerzo que estamos realizando en el Hunsc es reducir las cirugías muy traumatizantes, como son las mastectomías, e intentar que podamos solventar los problemas con una cirugía mucho menor, que dé unos resultados óptimos de cara a la supervivencia de las pacientes, que es lo más importante, pero también para no afectar demasiado su calidad de vida y estética. Una mastectomía es una cirugía muy mutilante y la mujer la vive de una forma muy negativa. Si hace unos años el nivel de mastectomías que se hacían era bastante alto, estamos logrando que desciendan drásticamente y solo se realicen cuando no tengamos otro remedio”.
Cuestionado por las causas por las que los cánceres de mama predominan en Canarias, Cortell manifestó que “es el tumor más frecuente en la mujer. No están muy claros los factores, pero hay algunos que influyen, como son las dietas bastante ricas en grasas o el uso de medicamentos hormonales, sobre todo a las mujeres menopáusicas”. La mejora de las técnicas quirúrgicas, los tratamientos y el arsenal farmacéutico disponible ha ayudado a su tratamiento. José Antonio Cortell reconoce que “hace 50 años las mujeres que tenían un cáncer de mama, independientemente del tamaño, del grado de extensión o si estaba afectada o no la axila, les llevaba a una cirugía traumática, agresiva, y con secuelas estéticas y psicológicas. Hoy somos menos agresivos e intervencionistas, con cirugías conservadoras, eliminando poco tejido mamario, pero el suficiente para no dejar a la mujer en peligro. Eliminamos muchos casos de linfamastectomías, intervenciones que dejaban edemas en el brazo y que alteraban su movilidad funcional, pasando a la radioterapia en la axila para eliminar estos casos”.
“Las quimioterapias antes eran casi el último recurso -añade Cortell-, y en la actualidad se realizan cada vez más antes de operar, lo que ayuda a la remisión completa del tumor y permite una cirugía menos traumática. En algunos tipos la quimioterapia los elimina con facilidad y en otros funciona la hormonoterapia. Por eso, las unidades cuentan con equipos multidisciplinares con especialistas de siete áreas. Cada caso se estudia individualmente, se valora las posibilidades con el oncólogo médico, el radioterapeuta o el cirujano plástico, ya que hay mujeres que salen de una prótesis o un implante expansor tras la cirugía. Además, operamos en menos de 30 días entre el diagnóstico y el tratamiento”.
Desde el Hunsc se reconoce que hay “un problema de dilación entre Atención Primaria y Especializada. Encontramos pacientes que llevan esperando seis meses o más y cuando llegan a nosotros se diagnostican y operan en 20 días. Hay que reducir ese tiempo y que la mujer no sienta una frustración por no ser escuchada”, concluyó.
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