A la medianoche del 1 de abril, los relojes se atrasaron una hora para ingresar al horario de invierno. Este cambio significa que los días son cada vez más cortos y el sol se pone antes.
Aparte de más o menos luz, este ajuste bianual puede alterar el ciclo circadiano y provocar ciertos cambios.
Al respecto, la Dra. Evelyn Benavides, presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño, recomienda una buena higiene del sueño, horarios regulares de sueño y vigilia, y evitar el ejercicio extenuante antes de acostarse. También recomienda comer una cena ligera y ajustar el nivel de luz en la habitación para dormir lo más oscuro posible.
Por un lado, sugiere que esta época del año es la más favorable para nuestra salud, «porque el cortisol alcanza su punto máximo por la mañana, coincidiendo con la luz del amanecer y favoreciendo despertar con más energía».
De su dificultad para conciliar el sueño y tomar medicamentos, argumenta que si la alteración del sueño ha durado más de un mes y está afectando la calidad de vida, lo ideal sería acudir al médico.
En cuanto a los fármacos inductores del sueño, “la automedicación con hipnóticos es peligrosa porque actúan sobre diferentes áreas del cerebro y pueden presentar riesgos que requieren evaluación por parte de un médico”.
Finalmente, para los próximos cambios de horario programados para septiembre, solicitamos fortalecer nuestras recomendaciones en los días previos a este evento para mitigar cualquier posible impacto.
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