Hay mucha preocupación hoy en día sobre la conveniencia o no consumo de azúcar, especialmente azúcar blanca, porque tiende a ser la menos natural y la menos procesada. Este particular desorden social que existe se debe en gran medida a las conexiones que se han establecido en ciertos estudios científicos sobre el papel del azúcar en nuestro metabolismo y su posible contribución al desarrollo de tumores.
Mitos y verdades sobre el azúcar y su vínculo con el cáncer
Entre los diversos mitos sobre el cáncer (ver lo que dice el Instituto Nacional del Cáncer sobre esos mitos), existe un posible vínculo entre el azúcar y el cáncer de una manera específica, y para comprender esto aún mejor fuera del campo investigador, es necesario disiparlo.
La idea de que cuando hablamos de azúcar y cáncer, estamos hablando del azúcar que usamos habitualmente, que mencionamos al principio de este artículo. Y es que el azúcar blanco refinado es una mezcla de glucosa y fructosa llamada sacarosa. Esto quiere decir que lógicamente obtenemos un porcentaje de glucosa del consumo de sacarosa, pero del mismo modo que muchos otros alimentos, como cereales, arroz, pan, miel, pasta, frutos secos, chocolate. .. alimentos que por sí solos no son nocivos para la salud.
Esto quiere decir que la alarma que hoy provoca la palabra cáncer no debería obligarnos a cambiar radicalmente nuestra alimentación, a renunciar al consumo de azúcar común de mesa, en primer lugar porque nuestro organismo recibe la glucosa de la misma forma (y de hecho es necesaria). y, en segundo lugar, porque el azúcar más dañina se encuentra en otros lugares, como en los refrescos y los productos horneados industriales, y no en una simple cucharadita de azúcar blanca.
Por eso es importante evitar estos alimentos nocivos, intentar llevar una dieta equilibrada y sobre todo llevar una vida activa y evitar hábitos nocivos como el tabaquismo.
Hoy en día, se cree que al menos el 80 por ciento de los casos de cáncer se deben a factores externos, en lugar de genéticos. Por eso es importante ser consciente de la necesidad de un estilo de vida saludable y de mantener un peso equilibrado, que incluye el consumo de azúcar, pero siempre en la cantidad adecuada.
Discussion about this post